La Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús convocaron a una Jornada de Oración por la justicia y la reconciliación para la paz, ello tras los homicidios de los sacerdotes jesuitas en la sierra de Chihuahua. Durante la eucaristía del 31 de julio se pedirá por la conversión de los victimarios.
“Los asesinatos y desapariciones que diariamente se comenten en el país son un llamado de Dios a unirnos para pedir por la paz. La sangre derramada de estos hermanos y hermanas es la sangre de Jesús que cae a la tierra para hacerla fértil y emprender un camino por la paz”, es el mensaje emitido por las organizaciones antes mencionadas.
Se plantearon 4 acciones concretas, la primera es que en todas las misas que se celebren el próximo 10 de julio se haga memoria de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en el país. Se pidió colocar en los templos fotografías de estos hombres y mujeres que han dado su vida por el pueblo de Dios y han recibido la muerte violenta.
En el mensaje emitido por las organizaciones religiosas se invita a tejer en Cristo nuevas relaciones: de la fragmentación a la unidad, la invitación está dirigida a obispos, sacerdotes, vida religiosa, fieles y personas de buena voluntad para que se unan en oración por la justicia y la reconciliación para la paz.
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Otra de las acciones que se plantean es que durante el mes de julio es visibilizar a los desaparecidos y víctimas de homicidio o feminicidio, para ello piden que celebren misas o realicen oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas esas personas.
Se mencionó que es una herida latente que debe sanar, por lo que se recomienda hacer memoria de la muerte y resurrección de Jesús, en esos lugares significativos, a fin de transformar ese dolor y miedo en fuerza para construir la paz.
La tercera acción planteada es que en las eucaristías del 31 de julio se ore por los victimarios, por sus vidas y la conversión de su corazón.
La cuarta acción es que en cada Diócesis, Congregación Religiosa o Parroquia se definirán las acciones a emprender para abonar en este camino para la paz, entre las sugeridas están horas santas, procesiones por la paz, mensajes al pueblo de Dios.
“Nuestra apuesta es por el dialogo social para construir un camino de justicia y reconciliación que nos lleve a la paz. Queremos abrir horizontes de diálogo”, señalaron en el mensaje.
Este va firmado por Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM; Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general de la CEM; Hermana Juana Ángeles Zárate Celedón, CSC, presidenta de la CIRM; y el sacerdote jesuita Luis Gerardo Moro Madrid, prepósito provincial de la Compañía de Jesús en México., quienes aseguran que el problema de violencia, por el que atraviesa el país, es complejo y requiere de todos y todas para atenderlos desde la raíz y dejar que Cristo Resucitado haga surgir una nueva mirada que permita construir acuerdos.
Finalmente exhortan a los ciudadanos a ser peregrinos de la esperanza y unidad.