“Corral debe estar en la cárcel; el 5 de noviembre Fernando Mesta obtuvo la ubicación por GPS, en tiempo real, de los sicarios que participaron en la masacre de La Mora, y él se la enseñó a Javier Corral y le dijo que estaban escondidos en un rancho, les dijeron dónde estaban y el gobierno mandó un helicóptero que acompañó a los malandros para que se pudieran ir seguros de ahí”, sentenció Julián LeBarón, en referencia a la masacre de Sonora.
En entrevista con El Heraldo de Chihuahua, en la intimidad de su casa y con la amabilidad característica de su familia, el activista narra la indolencia y la falta de voluntad política de los gobiernos ante la inseguridad y los crímenes que diariamente viven millones de mexicanas y mexicanos.
“Nosotros pedimos el helicóptero porque había niños heridos”, señaló en tono irónico, luego de acusar directamente al exgobernador de proteger a los criminales que atacaron a 17 miembros de su familia: tres mujeres adultas que fueron asesinadas en la masacre, y 14 niñas y niños, de los cuales murieron 6 y otros 6 resultaron heridos.
Adrián LeBarón también habló del tema, y dijo que de los 31 vinculados a proceso que hay, no ha habido ninguna audiencia intermedia, a tres años de la masacre de La Mora: “no los han sentenciado porque si los presionan, esos malandros hablarán de Javier Corral, de los diputados y de los senadores y sus vínculos con el crimen organizado. Entonces, los dejan en la cárcel sin que avance el proceso, con la esperanza de que la gente se calme y se le olvide y un día poderlos soltar como si nada, sin que nadie se dé cuenta”, reprochó el padre de una de las víctimas adultas y abuelo de 4 menores asesinados aquel 4 de noviembre del 2019.
“A uno de los niños le volaron la quijada y sobrevivió, a otro le dieron en el pecho y también sobrevivió; la niña de meses de edad que se llama Faith, yo la saqué de su silla y después nos dimos cuenta de que su silla tenía 4 agujeros de bala, pero milagrosamente ella sobrevivió”, narró el entrevistado y agregó que cuando llegaron, la mencionada bebé estaba cubierta con un tapete de baño que estaba en la camioneta, pues “los malandros estaban ahí cuando nosotros llegamos y esa niña tenía horas llorando y la taparon para tratar de que no llorara”.
El artero ataque, se dio a pesar de que una de las mujeres se bajó de la camioneta, levantando los brazos y aun así le dispararon: “no tienen perdón y todos estos pendejos que salen a decir que nosotros somos los responsables de que pasara porque somos narcos o porque dejamos a las mujeres que anduvieran solas, no nos conocen, no saben lo que dicen”, aseguró.
La impunidad y la lentitud con la que se ha llevado el caso, se debe a que los mismos gobiernos está inmiscuidos, aseguró: “No pueden sentenciar a todos los que participaron en la masacre de La Mora porque si le siguen empujando, van a dar información que inmiscuye a Javier Corral, a los diputados y a los senadores, a los caciques y a los presidentes municipales… por eso los meten a la cárcel con la esperanza de que se apague el tema y luego ya los pueden liberar”, aseveró.
Agregó que, como en muchos otros casos de víctimas de violencia, el gobierno puede lograr que el público acepte que algo turbio tenía la víctima, pues con eso el público ignora totalmente la injusticia terrorista, y puede “nadar de muertito” mientras el país se cae a pedazos, señaló.
“La mayoría de la gente quiere pensar que lo que le dicen es cierto, porque si esas mujeres y esos niños que no se merecían ser asesinados, lo fueron, entonces a cualquiera le puede pasar”, dijo Julián LeBarón.
TERRORISMO TAMBIÉN LO HACEN LOS GOBIERNOS
En Texas y otros estados de la frontera sur de Estados Unidos, diversas autoridades judiciales han considerado al Cártel de Juárez y al de Guadalajara (CJNG) como organizaciones terroristas; sin embargo, para Julián LeBarón también los gobiernos recurren a prácticas terroristas que afectan directamente a la población y benefician a los criminales.
Todo este terrorismo, indicó gira en torno a las drogas: “No hay forma de detener la violencia si continúa la prohibición de las drogas, porque si no pueden impedir que la heroína entre en las prisiones de máxima seguridad y nos vienen a decir que el 80% de la población en la Sierra se dedica a la siembra y el trasiego de drogas eso significa que le están declarando la guerra al 80% de la población y ¿cuál va a ser el resultado?”, cuestionó el activista mexicano-estadounidense.
Agregó que el comercio de la droga ya no es solamente en Estados Unidos, sino que también tiene un amplio mercado en México, e incluso los narcos controlan la venta de cerveza en todo el noroeste de Chihuahua.
Por otro lado, agregó que los retenes en los que revisan vehículos para buscar drogas y armas, no solo son un método estúpido e ineficaz, sino que también viola los derechos constitucionales de las y los mexicanos de libertad de tránsito.
Aun así, todos los días desaparece gente en Casas Grandes y sus alrededores, afirmó, por lo que esto es una señal más de que los métodos de los gobiernos son inútiles: “Hace siete días, Miguel el trabajador de mi papá que le cuida el rancho, fue en la camioneta de mi papá por su hijo a Buenaventura porque iban a ir a Ascensión; pues ni a la troca, ni a Miguel, ni a Miguelito los encontramos; y luego, el domingo, en la troca de mi papá llegaron a la casa de Miguel en Ascensión y se llevaron a la esposa de Miguel, o sea que hay tres personas desaparecidas”.
“En Casas Grandes están desapareciendo gente todos los días, entonces ¿cuál gobierno? Allá anda en Washington la que tiene el monopolio de la seguridad. En Urique los sacerdotes que fueron asesinados, un par de octogenarios dentro de una iglesia, después de servir por más de 50 años a los tarahumaras, llega este sujeto que tiene aterrorizada a toda la región durante los últimos 12 años y llega en una patrulla a llevarse a los sacerdotes y nos vienen con el cuento de que nadie sabía eso, ¡pero no te vayan a sorprender a ti con un instrumento para defenderte porque eso sí está muy penado!”, concluyó.
