El frío que se deja sentir en la capital causa estragos en la población migrante, quienes no cuentan con las condiciones de resguardo y protección, sobre todo para las niñas y niños con los que viajan.
La improvisación de fogatas es lo que ayuda a las personas en situación de movilidad a paliar un poco la situación, por lo que las personas se reúnen en torno al fuego.
Las mujeres han optado por colocarse diversas capas de ropa para evitar una hipotermia, ya que relatan que durante la madrugada el frío es insoportable, a ello se suman los fuertes vientos que se han dejado sentir en los últimos días, lo que incrementa la sensación fría.
En la ciudad de han establecido varios campamentos de personas migrantes, uno de los más conocidos y grandes, se ubica en la zona sur de la ciudad, en las inmediaciones del bulevar Juan Pablo II, donde existen varias casas de campaña y una de decena de hules de color negro, con los que construyen refugios más improvisados.
Este campamento se instaló desde hace varias semanas, ante la cercanía que existe con los patios centrales de Ferromex, donde buscan ingresar para abordar el tren y proseguir su camino hacia la zona fronteriza.
Muchos de los migrantes afirman que elementos de la Guardia Nacional y empleados de seguridad de Ferromex les impiden acercarse, incluso si ven alguna persona arriba de los vagones los bajan con mucha violencia, situación que ha generado varios accidentes, en el más reciente de los cuales un migrante resultó atropellado por el tren.
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A pesar de que conocen los peligros a los que se exponen relatan que vienen huyendo de la violencia y la miseria en sus países de origen, pero al llegar aquí la violencia que han sufrido supera a la violencia que viven en su país. Muchos y muchas han sido víctimas de violación, secuestro y extorsión. Las múltiples veces que los han regresado los orilla a prostituirse como una manera de buscar recursos para continuar con su camino.
Las familias en situación de movilidad no son ajenas a la violencia que se vive, pues a pesar de que existe un mandato judicial para que no les nieguen la venta de pasajes de autobús, no se cumple y se ven en la necesidad de mendigar para tener dinero y continuar el viaje a la frontera, ya sea en aventón o en viaje particular, pero les cobran bastante caro.
En la zona hay algunas personas que intentan comprar los boletos en la Central de Autobuses pero les piden muchos requisitos, incluso con solo verlos les niegan el pasaje.
Las personas afirman que no buscan quedarse en la capital, simplemente van de paso. Quienes llegan al campamento buscan la manera de darse un baño, pero no hay donde puedan ayudarlos. La comida la obtienen de personas que de buen corazón llega a compartir.
En la capital sólo existe una casa del migrante, además de otra asociación denominada Uno de Siete Migrando, donde se les brinda acompañamiento pero no cuentan con hospedaje.
La crisis migratoria continúa, donde muchas de esas personas fallecen en el intento de llegar al suelo estadounidense. Otros, son secuestrados por grupos delictivos, el caso más reciente fue de un grupo de 32 personas de origen guatemalteco, quienes lograron huir de sus captores y se pusieron bajo resguardo.