La tradición católica de colocar escenas de la natividad del Niño Dios dentro de los hogares chihuahuenses inicia los primeros días del mes de diciembre, cuando las familias se preparan para las celebraciones navideñas y la ornamentación que éstas conllevan, siendo actividades de integración familiar y alegría.
De acuerdo con el portal catholic.net, en la historia de los nacimientos navideños, detalla que el papa San Sixto III, en el siglo V d.C. ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del Nacimiento de Cristo realizadas en una gruta semejante a la de Belén que él mismo había mandado construir en una iglesia.
Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís como el creador de los nacimientos. En 1223 quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén. Para que todos pudieran comprender mejor las condiciones en las que sucedió, puso un Nacimiento en el bosque con personas y animales vivos.
Esta actividad gustó mucho a las personas que asistieron y se empezó a popularizar. Con el paso del tiempo, la falta de espacio obligó a sustituir a las personas y animales con figuras de madera o de barro.
Esta tradición fue acogida con gran cariño y se ha extendido por todo el mundo desde el siglo XVI.
Poner un nacimiento en casa, en el que podemos contemplar la imagen de Belén, el pesebre, los pastores, los magos, José y María, puede ser una actividad que fomente la unión familiar. Y al mismo tiempo, convertirse en una imagen que nos ayude a meditar en el misterio de la Navidad y en las virtudes de cada uno de los personajes, e invita a reflexionar en el gran misterio de Dios hecho hombre por amor al hombre.