Tras 90 minutos de recorrer las calles de la colonia San Rafael, el viacrucis viviente de San Rafael Arcángel, llegó a su fin en uno de los cerros cerca de la calle 11 y Mendez, donde las tres cruces fueron ocupadas por Jesús y los otros dos ladrones.
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Una vez que salieron de la parroquia arriba citada, el contingente subió para ser testigo de como Jesús era puesto en lo alto de la cruz, a la par de que el párroco daba un mensaje y lectura al respectivo evangelio.
La crucifixión la llevaron a cabo en un predio ubicado en la calle Quinta y Melchor Guaspe, dónde estuvieron personas ya esperando el momento cumbre de la celebración.
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El contingente comenzó a reunirse en punto de las 11 de la mañana, donde el párroco Marco Antonio Estrada, previo a dar inicio, explicó que no era una representación teatral, sino un momento de reflexión del momento en que Jesús murió por los pecados de la humanidad.
Fueron un total de 70 integrantes de la parroquia de San Rafael Arcángel, los que participaron en el viacrucis viviente, recorriendo las calles de la colonia San Rafael, convirtiéndose en uno de los más tradicionales de la ciudad.
En lo alto del cerro, los centuriones despojaron de sus prendas al hijo de dios, previo a crucificarlo, para que luego uno de estos enterrara la lanza en su costado izquierdo, cerca del corazón. El recorrido fue por diversas calles de la colonia San Rafael, hasta donde llegan personas de otra zonas de la ciudad, para formar parte de esta representación.
Con 42 años de llevarlo a cabo, la representación del viacrucis, congregó este año a cerca de 400 personas, las cuales estuvieron atentas y participativas en cada una de las estaciones.