De no haber detenido a los presuntos secuestradores de Briana Camila, el secuestro se pudo haber convertido en un delito recurrente para ese grupo de personas, incluso haber llegado a algo de carácter serial, así lo explicó el experto en criminalística José Carlos Hernández Aguilar.
“Estamos frente a un caso muy lamentable de personas psicópatas que, tratando de resolver una situación personal, poco les importa la privación de libertad de una persona menor de edad, lo que estamos hablando es de conductas totalmente aberrantes, porque en este caso se tenía la plena conciencia de que es una menor de edad, una mujer, y se hizo todo el modus operandi para esa privación de la libertad”, comentó.
El doctor José Carlos Hernández Aguilar, quien funge como delegado de la Federación Mexicana de Criminología y Criminalística, y quien es especialista en Investigación Criminal y Delincuencia Organizada, manifestó para El Heraldo de Chihuahua, que ese tipo de conductas criminales, pueden llegar a considerarse dentro de la psicología criminal, como un acto de depravación, pues no sólo se trata de un delito de acto impacto, sino que por el contexto en que se da, tiene tintes de ser realizado por sujetos con mentes completamente depravadas.
Destacó el hecho de que algunas versiones refieren que el motivo para realizar ese acto delictivo, radica en una deuda por cuestiones de narcomenudeo, sin embargo, es bastante grave y aborrecible, que se haya utilizado para dicho fin, la relación existente entre maestro y alumno, pues son relaciones de confianza que deben de imperar en todo momento.
“Esta es una situación que, de no haberse detenido en ese momento, y de haber tenido éxito ese grupo de criminales, iba a desencadenar en nuevas conductas delictivas de secuestro; por lo general una persona que secuestra en una primera ocasión y que logra el éxito en su móvil, en el 95 por ciento de los casos, se convierte en un secuestro reincidente o quizá de carácter serial”, subrayó el experto.
En este sentido, reconoció la pronta intervención de las autoridades policiales en la detención de esos sujetos implicados en el caso.
Añadió que ese caso no se trata de un típico secuestro, ya sea ordinario o exprés, pues este hecho específicamente, tiene detrás toda una planeación, una fabricación, una hechología del delito para consumar la conducta criminal, sin embargo, por fortuna el hecho escapó a su preparación y los delincuentes fueron detenidos.
“Son mentes depravadas, son psicopatías terribles, que nacen precisamente de ese submundo delincuencial de las drogas; la obligación de pagar una deuda por concepto de droga, es únicamente el medio, sin embargo, la depravación viene desde antes, toda vez que se trata de una menor de edad, una muchachita que está en una escuela en la cual el victimario es su maestro y aparte anuncia que se va ausentar por varios días, esto hace una preparación muy coordinada entre os sujetos que se encuentran como intervinientes en la conducta delictiva”, puntualizó Hernández Aguilar.
El experto hizo énfasis en que por la naturaleza del delito y la perfilación criminal de los imputados, muy seguramente ya han cometido otro tipo de delitos patrimoniales o delitos de marcada incidencia delictiva.
Atribuyó parte de ese tipo de delitos, por las facilidades que existen para permanecer impunes, ante los mismos sistemas de justicia, el sistema legal y el sistema de prevención delictiva en todas las esferas gubernamentales, lo que hace proclive que haya personas en la entidad, que tengan la intención de cometer este tipo de delitos de alto impacto.
A eso se le suma que en toda la juventud y en la sociedad en general, hay un ambiente de delincuencia irrestricta, que no conoce límites legales, policiales ni jurídicos, lo que genera factores de inspiración que a su vez se refleja en una sidromatología, en donde muchos jóvenes imitan las conductas delictivas y muy seguramente, ya se están creando células en el estado de Chihuahua para cometer este tipo de delitos, inspirándose en ese ambiente de delincuencia y de alto nivel de impunidad.