La Jueza de control Amparo Pérez declaró un receso hasta el viernes a las 11:30 de la mañana en la audiencia de vinculación a proceso o no, en contra de José Feliciano L. V., Eder Arley N. C. y Jessica Anay P. T, por el presunto secuestro y asesinato en perjuicio de Enrique Ramírez Jasso.
Lo anterior, bajo la causa penal 4129/2022, y en la que se les imputa los delitos de secuestro y asesinato de quien en vida respondiera al nombre de Enrique Ramírez Jasso, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el pasado 8 de diciembre del 2022, en un desagüe del Libramiento Oriente y quien había desaparecido tres días previo al hallazgo de su cadáver.
Durante la jornada de actividades de la audiencia a vinculación o no, dieron su testimonio tres testigos de la defensa, quienes hablaron a favor del imputado Eder Arley N. C., imputado que también declaró y que alegó haber sufrido tortura y otras violaciones al debido proceso.
El segundo testigo, Edwin Gervasio M.C., de 26 años informó ser primo de Eder Arley, y que tenía dos semanas trabajando junto con él en la carpintería denominada “Empresa Pizarro”.
Corroboró la declaración de Eder Arley, y dijo que fue el 29 de diciembre a las 9:40 de la mañana cuando llegaron policías del Ministerio Público y se los llevaron a él y a su primo, así como a otros trabajadores que se encontraban instalando unos muebles de madera en un local de la Central de Abastos.
Además, informó que en la empresa también trabaja, aunque no sabe si es la dueña, la imputada Jessica Anay P.T. quien se desempeña como arquitecta. El testigo indicó que los policías no los esposaron, pero se los llevaron en una camioneta a las instalaciones del C4, en donde los encerraron en celdas, u otras habitaciones y fueron golpeados y presionados para declararse culpables, aunque no se les dijo por qué delito los estaban acusando.
El tercer testigo, Miguel Ángel M. Ch. 29 años, de oficio carpintero en la Empresa Pizarro, en la que trabajó hasta el 29 de diciembre, porque fue ese día cuando los detuvieron en el Mercado de abastos.
“Llegaron entre 10 y 15 agentes y todos entregaron al lugar donde estábamos, nunca nos dijeron si estábamos detenidos por algún delito, no nos dijeron que había órdenes de aprehensión, y cuando nos tenían detenidos no nos dijeron que podíamos irnos, me fui hasta que nos dijeron que nos podíamos irnos”, comentó el testigo.
Los dos últimos testigos mencionados y el imputado, coincidieron en que no se les cumplió su derecho a un abogado ni a una llamada, y que no les encontraron drogas a ninguno de los detenidos.