Luis Andrés Rivera Levario, representante del movimiento Salvemos los Cerros de Chihuahua, presentó los resultados de un análisis –con fondos de recaudación ciudadana-, en el que se muestra que la contaminación del río Chuvíscar sobrepasa los límites máximos permitidos por la Norma Oficial Mexicana 001 Conagua-Semarnat, en los niveles de grasas y aceites, lo que perjudica a la biodiversidad del afluente.
Luego de ocho meses de quejas, exhortos ante el Congreso, denuncias ciudadanas y manifestaciones realizados por diversas organizaciones, entre las que destacan Salvemos los Cerros de Chihuahua, Cooperación Ecológica AC y Fridays for Future CUU, quienes han denunciado la contaminación que provoca las descargas industriales de agua residual en el río Chuvíscar, los movimientos protectores del medio ambiente no obtuvieron una respuesta favorable sobre los señalamientos del daño al ecosistema del río icónico que dio origen a la ciudad de Chihuahua.
Por lo anterior, emprendieron una campaña de captación de fondos con actividades comunitarias, como conciertos urbanos, ventas de bazar, rifas, donaciones, entre otras; para reunir el pago por un estudio certificado y acreditado de las descargas, realizado en un laboratorio de primer nivel, con un costo de 20 mil pesos. Posteriormente se organizaron brigadas para la toma de muestras de las descargas en el mes de julio.
“Gracias al estudio acreditado, se pudo comprobar que las descargas en el río Chuvíscar por parte de la concesión a nombre de Grupo Inmobiliario Carne Mart, sobrepasa los límites máximos permitidos por parte de la Norma Oficial Mexicana 001 de Conagua-Semarnat en cuanto a contaminación de grasas y aceites, lo cual significa un grave riesgo en un ecosistema que desde 2018, -el año en que fueron autorizadas las descargas por parte del gobierno federal-, que fue estudiado por parte del gobierno municipal para ser declarado área natural protegida en su modalidad de parque estatal, trámite que hasta la fecha no ha presentado avances”, manifestó Rivera Levario.
El río Chuvíscar, patrimonio ambiental e histórico
Según las narraciones de la fundación de la ciudad de Chihuahua, los colonizadores se asentaron en la junta de dos ríos, el río Chuvíscar y el río Sacramento que en ese momento regaban los cultivos, actividades económicas y necesidades sociales de la población humana, tanto de origen colonial como pueblos indígenas, que desde hace cientos y tal vez miles de años grabaron sus pinturas rupestres en el nacimiento del río, sitio arqueológico conocido como Ojos del Chuvíscar.
Sin embargo, debido a la contaminación ocasionada por las actividades económicas de la época, entre ellas las haciendas de beneficios de mineral y la ganadería, los cuerpos de agua más cercanos al centro urbano ya no pudieron abastecer las necesidades de la población, por lo que desde hace cientos de años se tuvo que construir un acueducto que transportara agua desde las aguas del Chuvíscar hacia lo que hoy es el Centro de la ciudad.
Hace poco más de 100 años, el gobierno de Porfirio Díaz ordenó la construcción de la presa Chuvíscar, con el objetivo de asegurar el abastecimiento de agua potable para la creciente ciudad de Chihuahua, sin embargo, hace décadas los pozos reemplazaron a la presa en esta tarea y fue utilizada por grandes empresas relacionadas con la producción y procesamiento de alimentos cárnicos que desechan sus desperdicios y aguas contaminadas en la zona, que además de guardar un gran significado histórico e identitario, es hogar de diversas especies de flora y de fauna en peligro de extinción, como tarántulas, pato mexicano, serpientes y más.
Peligrosos contaminantes
Luis Rivera refirió que algunas investigaciones científicas concluyen que el peligro de la presencia de contaminantes de grasas y aceites en cuerpos de agua es un asunto grave. Y citó, en palabras de una investigación científica “… altas concentraciones de hidrocarburos y grasas y aceites (fueron) encontradas en varios puntos de este ecosistema, lo que afecta el paisaje (...), la vida acuática y terrestre y la salud del hombre, por lo que el seguimiento a este tipo de contaminación es de vital importancia para minimizar sus efectos. Las grasas y aceites están asociados con afecciones respiratorias y de la piel, cuando se efectúa el contacto directo con estos químicos”.
Y concluyó que según una tesis del Instituto Politécnico Nacional, se desprende que es innegable que las grasas y aceites afectan los procesos biológicos y son una fuente de toxicidad que debe de evitarse para conservar la salud de los ecosistemas y de la población humana.
Fuera de la ley
El activista y defensor del medio ambiente señaló que la descarga se encuentra fuera de los límites máximos permitidos, lo que significa que se encuentra violando la ley de aguas nacionales, y sostuvo que podría ser suspendida por las autoridades federales, según el Artículo 92 de la mencionada ley, que establece que: “La Autoridad del Agua ordenará la suspensión de las actividades que den origen a las descargas de aguas residuales, cuando: II. La calidad de las descargas no se sujete a las Normas Oficiales Mexicanas correspondientes, a las condiciones particulares de descarga o a lo dispuesto en esta Ley y sus reglamentos. La suspensión será sin perjuicio de la responsabilidad civil, penal o administrativa en que se hubiera podido incurrir. Cuando exista riesgo de daño o peligro para la población o los ecosistemas, ‘la Autoridad del Agua’ a solicitud de autoridad competente podrá realizar las acciones y obras necesarias para evitarlo, con cargo a quien resulte responsable”.
Para finalizar, el representante del movimiento Salvemos los Cerros de Chihuahua se pronunció por el respeto a la ley ambiental y dijo estar abierto al diálogo con todos los sectores sociales para resolver los problemas de contaminación de la forma más adecuada sin promover la división entre la sociedad.
“El siguiente paso en el conflicto de la presa y el río Chuvíscar es buscar la defensa de este territorio mediante una declaración de área natural protegida, acción a la que se deben sumar los tres niveles de gobierno, el sector social y la iniciativa privada, debido a que el río provee de agua y equilibrio ecológico y no podemos permitir perder este valioso sitio donde también se práctica el deporte, la sana convivencia, las ciencias y el arte”, finalizó.