En el marco de los 492 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego, los devotos no dejaron pasar la fiesta dedicada a La Guadalupana y acudieron con gran fervor a rendirle tributo, para agradecer su intervención en alguna tribulación y con esperanza de un mejor 2024.
En el atrio del Santuario dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe se colocó una gran pantalla para que los feligreses pudieran participar de las celebraciones eucarísticas, dado que el recinto es pequeño.
El 12 de diciembre, día en que se conmemora el 492 aniversario de la última aparición de la Virgen y la estampación en la tilma de San Juan Diego, es uno de los días que los chihuahuenses celebran, por lo que acuden a los templos y santuarios dedicados a la Virgen Santa María de Guadalupe.
Una de las zonas más visitadas es el Santuario de Guadalupe ubicado en la colonia Jardines del Santuario, donde tradicionalmente culminan algunas de las peregrinaciones en honor a la Virgen Morena del Tepeyac. Este año se registra poca afluencia.
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Los devotos forman largas filas para ingresar al Santuario y depositar una ofrenda floral a la Madre de los mexicanos.
La fe y la devoción por Santa María de Guadalupe se hizo presente a través de las danzas que se ofrecieron en su honor.
Frente al atrio se encontraban los matachines de la Danza Chichimeca del Santo Niño de Atocha donde participan Leticia Meléndez y Samara Loya Meléndez desde hace 10 años, Samara baila en silla de ruedas tras una cirugía de columna, y acudieron agradecerle a la Virgen de Guadalupe.
En otros sitio estaban la Danza del Santo Niño de Atocha y otras danzas, los peregrinos se paraban a observarlos, lo mismo con las otras danzas que se dieron cita en la zona para venerar a María de Guadalupe.
En las celebraciones de la Santa Misa, los peregrinos iban y venían a ofrecer su canto, agradecer con una oración, amor y fervor a Santa María de Guadalupe.
Tras salir de la celebración religiosa, en los alrededores la verbena popular esperaba clientes.
El olor a antojitos inundaba el lugar, había desde los tradicionales churros, pasando por los buñuelos y tamales hasta tacos, tortas, enchiladas, panecillos, elotes y nachos, atole de guayaba y chocolate oaxaqueño.