Rodeados de flores, colores, música y cientos de personas fue como se vivió este jueves 2 de Noviembre en la Feria del Hueso, donde los chihuahuenses acudieron a los panteones municipales 1 y 2, así como los cementerios aledaños.
Desde las 7:00 de la mañana los capitalinos comenzaron a arribar a la colonia San Jorge, donde los panteones y los puestos que recorren las calles ya se encontraban abiertos y funcionales, esperando a la gente que no tuvo la oportunidad de acudir el día anterior.
Para el punto del mediodía todos los puestos, desde la venta de cobijas, ropa y accesorios, hasta los de comida, dulces y flores, concordamos que la venta había subido al igual que la afluencia de gente.
Sin embargo, hasta esta mañana solo ha aumentado el precio en un 30 por ciento la vendimia en un día normal, no obstante, tienen la esperanza de que durante los días que dure la feria del hueso, más gente llegará durante el fin de semana.
Muchos de los ciudadanos llevaron a sus mascotas a la visita del panteón, muchos de ellos lo toman como un simple paseo, sin embargo hay personas como Gina que llevan a su pequeño perro chihuahueño a visitar la tumba de su dueño original, quien falleció hace dos años.
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Como conmemoración a los difuntos, músicos tocaron canciones a las familias que visitaron las tumbas de sus seres queridos, entonando baladas y corridos clásicos que eran del gusto de dichos difuntos.
Como en el panteón Santa Fe, donde varios músicos se reunieron para entonar las peticiones de los ciudadanos, quienes pagan alrededor de 50 a 100 pesos por canción. Un trío de músicos interpretaron Paloma Negra de Lola Beltrán, en una tumba con una pareja de adultos mayores
Esta tradición se encuentra arraigada en la historia de las familias chihuahuenses, quienes visitan a sus difuntos año con año en estas fechas, como lo son la familia Corina Martínez.
En compañía con sus hijos, sus padres, cuñados y primos, visitan la tumba de su bisabuela y abuela; contó Corina que desde que era menor de edad recuerda llegar caminando al panteones municipal número 2, "antes veníamos todos los hijos y sus hijos, pero con el tiempo los horarios de cada uno no coinciden y terminamos viniendo por separados".
La señora Martínez señaló que aún hay años en que los horarios logran coincidir y pueden visitar la tumba de sus abuelas al mismo tiempo, siendo más de 20 personas reunidas entre risas y relatos de antaño, que no permiten que el recuerdo de estas dos amadas abuelitas se pierda.