Tras el continuo flujo de migrantes que se presentó durante los últimos meses en la capital de Chihuahua, este pasado fin de semana se vio una clara disminución en la llegada de extranjeros, quienes huyen de sus países para llegar a la frontera con Estados Unidos con la esperanza de que los dejen entrar.
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Desde el accidente del pasado viernes, en donde un migrante perdió una de sus piernas, luego de ser arrollado por el tren, el flujo de los extranjeros ha bajado tanto, al grado que el fin de semana no se registró ninguno en los patios férreos ni sus alrededores.
Durante los frecuentes recorridos del Heraldo de Chihuahua por los patios de Ferromex, se ha logrado entrevistar a múltiples migrantes que cuentan las dificultades que han tenido en su viaje, y cómo a pesar de ello, desean continuar hasta lograr su meta de pasar a Estados Unidos para crear una mejor vida de la que tenían en sus respectivos países de origen.
No obstante, ya han pasado dos días en que no se ha divisado ningún extranjero en las inmediaciones de los patios de Ferromex, sin embargo, algunos albergues de los alrededores, como el San Agustín, continúan recibiendo a los extranjeros que rondan la ciudad sin dinero ni un espacio donde dormir, hasta que pueden reabastecerse y continuar con su camino.
A pesar de que no se encuentran los migrantes cerca ni dentro de las instalaciones de Ferromex, permanecen los rastros de que cientos de ellos han pasado por la ciudad, desde la ropa que dejan en los caminos, la basura que botan y se acumula en las esquinas de las calles del sur de la ciudad, donde suelen quedarse.
Aun cuando el flujo de migrantes ha disminuido, se espera que arriben más para finales del 2023 e inicios del 2024, por tanto, los elementos del Instituto Nacional de Migración continúan resguardando las instalaciones férreas, para proteger la integridad física de los extranjeros.