Tras los enfrentamientos ocurridos en el municipio de Guachochi, el pasado 20 de octubre, la Fiscalía General del Estado atribuye estos hechos a una constante disputa que existe entre dos bandas que trabajan para el Cártel de Sinaloa, quienes son representadas por dos familias que cuentan con una gran participación en esta organización delictiva.
Se trata de la familia Los Salazar y Los Salgueiro, quienes por años han colaborado con el grupo criminal en la región sur del estado de Chihuahua, pero que en diversos negocios e intereses se han enfrentado a balazos, como el pasado jueves, cuando fueron asesinadas cuatro personas y fueron detenidas al menos otras 12, de acuerdo al comunicado oficial.
Uno de los detenidos, quien fue considerado por la Sedena como un generador de violencia en la Sierra Tarahumara, reveló que estos hechos se habían generado por un conflicto armado entre dos subgrupos pertenecientes a las dos familias, quienes son encabezados por un sujeto apodado como “El Chapo Calín” o “El 13” y otro más identificado como “El Servandito”, el primero establecido en Guachochi y el segundo en la zona de Batopilas.
De acuerdo a la estructura criminal que ha integrado la Fiscalía General del Estado, Melquiades D. M. “El Chapo Calín” o “El 13”, pertenece a la familia de Los Salgueiro, quienes presuntamente están establecidos en Parral y sus alrededores, y Servando M. O. alias “El Servandito” o “El 21”, es parte de la estructura de Los Salazar, presuntamente establecidos en la zona de Chínipas y sus alrededores.
Ambos grupos estaban disputando el negocio de la tala clandestina, según confirmó el mismo secretario general de Gobierno, César Jáuregui, pues el municipio de Guachochi tiene un negocio clandestino de esta actividad y es de gran interés para estas organizaciones criminales, como sucede en otros municipios serranos donde se dan las inmensas hectáreas de pinos.