El Cerro Grande es una bella montaña que domina el paisaje al sur de la ciudad de Chihuahua. Su perfil resulta tan reconocible e icónico que es común verlo en llaveros y recuerdos vendidos a los turistas que visitan la capital del estado. Y a los pies de esta elevación se extienden varias colonias populares. Por ello forma parte de la vida cotidiana y del imaginario colectivo de los chihuahuenses, de manera que se cuentan diferentes leyendas e historias populares que tienen que ver con él.
Junto con el Cerro Santa Rosa y el Cerro Coronel, el Cerro Grande forma parte del escudo del estado de Chihuahua.
En el pasado, el Relleno Sanitario de la ciudad se encontraba en las faldas del cerro, pero después de ser utilizado al máximo, se dejó de verter basura allí. Sin embargo, el cerro en la actualidad es valorado como un espacio de gran importancia ecológica y paisajística.
Cuevas y manantiales del Cerro grande
Desde su cima, que se encuentra a 1,900 metros sobre el nivel del mar, se puede disfrutar de una vista espectacular de las colinas y las llanuras sobre las que se extiende la capital del estado, así que es un lugar frecuentado por senderistas y paseantes, quienes también se sienten atraídos por el reto de subir hasta la cima.
Los aventureros que han explorado la cima de la montaña saben que en ella se encuentra un manantial que forma un estanque durante las temporadas húmedas del año. Además, el Cerro Grande es el origen de varios riachuelos y arroyos que fluyen hacia la ciudad. Y tiene al menos otro manantial u ojo de agua en su cuesta del lado poniente.
Además en la ladera sur del cerro, hay tres cuevas que pueden estimular la curiosidad y la imaginación de los no muchos senderistas que se aventuran a recorrer por completo el enorme y agreste Cerro Grande.
¿Una vena de mar? ¿Un volcán de agua?
La presencia de cuevas y ojos de agua, ha alimentado durante mucho tiempo la idea de que la montaña está literalmente llena de agua, y su enorme volumen amenaza con inundar la ciudad de Chihuahua.
Pero de ¿dónde viene esa idea? En parte, es posible que tenga un origen antiguo, específicamente durante la conquista y la colonia española, cuando llegaron a Chihuahua, gente de habla náhuatl, en cuya cultura se considera que los montes son como grandes recipientes de agua, dado que de ellos surgen los manantiales y parten los arroyos.
Además de esto, es popularmente aceptada la noción de que el subsuelo es surcado por ríos subterráneos como si se tratara de venas. Y al existir ríos subterráneos, la lógica nos dice que podría haber mares bajo la superficie de la Tierra.
Así que por alguna razón, ya sea a propósito o de manera espontánea, durante los años 80s del siglo XX la idea de que el Cerro Grande estaba lleno de agua, y era una “vena de mar”, un enorme “volcán de agua” o el tapón de un mar subterráneo comenzó a correr como la pólvora entre la población de Chihuahua, llegando a causar pánico en algunos sectores, y siendo aprovechado por algunos medios de comunicación.
Pronto, autoridades e ingenieros de la Universidad Autónoma de Chihuahua salieron a desmentir esa idea, y poco a poco los temores y la emoción que esos rumores causaban fueron disminuyendo. Pero quienes vivimos en la ciudad, sabemos que de vez en cuando se escucha hablar del tema.
¿Es posible que explote el Cerro Grande?
Lo más cercano a un “volcán de agua” que conocemos son los géiseres, agua subterránea disparada hacia la superficie por el calor del subsuelo. Usualmente es el calor el que puede hacer que el agua emerja violentamente de la tierra, sin embargo la potencia y el volumen que un géiser puede despedir no representa peligro para las poblaciones humanas. Además de que el Cerro Grande no cuenta con las características de un géiser, ya que tales formaciones geológicas despiden agua y vapor de manera regular.
En cuanto a la idea de que el cerro cubra una “vena de mar”, tenemos que decir que éstas no existen. No hay "venas de mar" como grandes corrientes de agua subterránea capaces de explotar e inundar territorios. La expresión "venas de mar" es un concepto ficticio o mitológico que no tiene base científica.
En realidad, las corrientes de agua subterránea son conocidas como acuíferos y fluyen a través de formaciones rocosas porosas, como acuíferos de agua dulce o salada. Estas corrientes de agua subterránea pueden ser importantes fuentes de agua para el consumo humano y la agricultura, y su explotación se realiza a través de pozos y sistemas de extracción controlados.
Es decir, si hubiera un gran volumen de agua bajo el municipio de Chihuahua lo sabríamos y nuestros pozos rebozarían, aunque fuera de agua salada.
Así que para fortuna de los chihuahuenses, y desgracia de los amarillistas, es prácticamente imposible que el Cerro Grande esté lleno de agua y pueda explotar sobre la capital del estado.