El sacerdote jesuita, activista defensor de los derechos humanos, quien ejerce su ministerio de vida en la Sierra Tarahumara, se pronunció ante el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, también defensor de los derechos humanos en el estado de Chiapas, por lo que afirmó que el gobierno ha sido superado por la delincuencia.
“El Estado está superado por el crimen organizado, no puede. Eso es muy lamentable y es muy palpable, no pueden decir que es mentira, que está todo controlado”, sostuvo el Padre Ávila "El Pato" Aguirre.
Sobre la pérdida de Marcelo Pérez, el Padre Ávila hizo énfasis en el dolor que deja su partida, no nada más para las comunidades religiosas, sino también, para los defensores de derechos humanos que son la voz de los grupos más vulnerables, y que alzan la denuncia contra las omisiones e injusticias.
“Es un dolor muy fuerte, el respeto se perdió para la humanidad, es un signo muy claro, además de que estamos viviendo un estado en descomposición: no puede”, reiteró el sacerdote.
En ese sentido, recordó el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, en Cerocahui, que se encuentra dentro del lugar donde se desenvuelve, en la Sierra Tarahumara del estado de Chihuahua.
Los Padres Campos y Mora, en el mes de junio de 2022, fueron privados de la vida por una persona plenamente identificada como integrante de un grupo delictivo, quien en ese mismo hecho de sangre, también le arrebató la vida a otra persona, Pedro Palma.
“Dos años hace que lo vengo yo diciendo, desde la muerte de Javier y Joaquín, y no se ve que haya un control sobre el crimen organizado. Eso se palpa cada vez más”, señaló Javier Ávila Aguirre.
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El asesinato del Padre Marcelo Pérez ocurrió la mañana del pasado domingo 20 de octubre de 2024, en el barrio de Cuxtitali, San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Marcelo Pérez ha sido reconocido por sus esfuerzos a favor de los derechos de las personas indígenas, la construcción de la paz, y la denuncia de hechos violentos que ocurren en el territorio chiapaneco.
El valiente sacerdote denunció hechos de violencia en el estado de Chiapas, exigió justicia cuando otros activistas defensores de los derechos humanos fueron asesinados por grupos delictivos que operan en la zona. Dio acompañamiento a comunidades de pueblos originarios, entre ellos, tzoziles y tzeltales, quienes fueron víctimas de desplazamiento forzado.
Todo lo anterior, generó amenazas contra su integridad física y su vida, por lo que desde el año 2015, era beneficiario de medidas cautelares, dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; sin embargo, continuó con su ministerio de defender a las personas de comunidades indígenas y denunciar los actos de violencia.
Para finalizar, el Padre Ávila señaló que los problemas que enfrentó Marcelo Pérez, son situaciones con las que también se lidia en el estado de Chihuahua, y reiteró que eso demuestra la incapacidad del Estado para enfrentar al crimen organizado, en el norte y en el sur del país, donde se han sufrido dolorosas pérdidas.
“La Tarahumara también está llena de grupos armados, controlan la tierra, el territorio, generan desplazamientos, comunidades son desplazadas”, concluyó.