Rubén Beltrán Acosta, jefe de Archivo Histórico y Cronista de Chihuahua capital, señaló que, de acuerdo a la historia, el lugar en donde está establecido actualmente El Pasito, siempre ha tenido vocación de albergar a los diversos vendedores ambulantes de la ciudad.
Remontándose a 1726, el profe Beltrán compartió la historia de cómo surgió el primer mercado de la ciudad, destacando que fue resultado de la estrategia que implementó el Ayuntamiento para organizar de mejor manera las vendimias que se realizaban en aquel entonces en Chihuahua, dejando como únicos lugares autorizados para tales acciones la Plaza Real, ahora Plaza de Armas, y la Plaza del Colegio, hoy conocida como Plaza Hidalgo. Igualmente, se estableció como único día autorizado para las vendimias el sábado.
Mas adelante, en 1772 se construyeron varios locales llamados “Portales Ayuntamiento”, los cuales fueron creados para establecer puestos fijos para las vendimias que se realizaban.
En 1797, el comandante de las provincias internas, Pedro De Nava estableció los llamados tianguis, los cuales se instalaban los días 1 y 15 de cada mes en la antes llamada Plaza de la Orca, hoy conocida como Plaza Merino, y a donde acudían pobladores de municipios cercanos para hacer un “cambalache” de las mercancías.
En ese entonces, el Ayuntamiento optó por eximir a los comerciantes de todo pago de impuestos, pues sabía que los cambalaches que realizaban era un medio para sustentarse ellos y sus familias.
Para 1821, con una inversión de mil 965.20 pesos, el Ayuntamiento construyó un “Parian” con el objetivo de que los comerciantes se pudieran asentar en un lugar seguro en el cual pudieran desarrollar las vendimias. En este punto, se comenzó a cobrar renta por los espacios que se ofrecían, siendo el costo de un real y medio por cuartos grandes y de un real para los cuartos chicos. De igual manera, se cobraba un monto extra para poder dejar a lo animales de carga en el patio.
En 1826 se autorizó la inversión para un nuevo Parian; sin embargo, la familia Uranga reclamó el espacio alegando ser los dueños desde 1736, motivo por el cual, tras comprobarse lo mencionado, se les indemnizó con 2 mil 900 pesos. De esa manera, el Municipio pudo ser propietario del lugar por lo que pudo concluir con la ampliación que habían planeado.
Por otra parte, el Mercado Reforma se reconstruyó en 1862; sin embargo, en 1946 se incendió, lo cual orilló a venderlo, pero posteriormente, quienes lo compraron, construyeron uno nuevo.
Fue en 1856 cuando se construyó lo que actualmente se conoce como El Pasito, entre las calles Aldama y 21ª, más tarde, los espacios fijos para los comerciantes fueron aumentando conformándose así el Mercado Reformita, el cual también se incendió y se reconstruyó con el nombre de Mercado Benito Juárez; y el Mercado 20 de noviembre, el cual se ubica entre las calles Ramírez y Octava.
El cronista chihuahuense detalló que en varias ocasiones se ha visto la problemática con los vendedores ambulantes, pues se debe a la pérdida del control por parte del Gobierno, toda vez que prevalece el descontento por parte de los comerciantes establecidos que pagan impuestos en contra de los ambulantes que se apoderan de las calles sin regulación alguna.
Esto, ha propiciado anteriormente un acuerdo tripartito en el que las autoridades retomaron los mercados, especialmente El Pasito para controlar el problema.
De esa manera, trasladándose a la actualidad, reitera que es lo que se debe hacer priorizando a los vendedores que viven de eso y no a los empresarios que se apoderan de varios locales con el objetivo de rentarlos en una cantidad superior para generar mayores ingresos a los que tienen.