En su testimonio, J.F.R., quien actualmente es agente del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado, adscrito a la Unidad de Análisis Financiero, con respecto al caso del ex fiscal Francisco G.A. quien es imputado como probable responsable del delito de tortura en perjuicio de 6 testigos protegidos que coadyuvaron en las investigaciones de supuestos hechos de corrupción en el gobierno duartista, comentó:
“[El trato] siempre fue muy profesional, un trato muy correcto… como eran testigos con identidad reservada, ellos no podían andar como si nada dentro de la casa porque se pueden topar con otras gentes y otros testigos, entonces los acompañábamos al baño, ¿qué caso tendría privarlos de ir al baño a hacer sus necesidades físicas? Esto es un absurdo”.
“Todos los testigos, que en los medios de comunicación se manejan 6, pero se trabajó en realidad con más de 100 testigos, el trato siempre fue igual para todos y cada uno de ellos. Fue un trato amable, respetuoso, quiero mencionar que participó gente muy reconocida dentro de la Fiscalía, gente con gran trayectoria”.
“¿Por qué estas personas se iban a prestar a maltratar burdamente a un testigo? Eso no tiene ninguna lógica. Sinceramente no tengo el dato de cuántas veces testificaron, pero sí fueron varias las carpetas de investigación en las que participaron. Al menos dos de ellos fueron a juicios orales, donde declararon ante jueces y en presencia de las autoridades”.
El testigo indicó que se unió a las investigaciones de hechos de corrupción del gobierno duartista, y que a partir del 20 de octubre entró al área de Operación Justicia para Chihuahua, y que durante los años 2017 y 2018, se desempeñó como agente del MP para supervisar la integración de carpetas de investigación, hacer análisis de la teoría del caso, justificar fundamentos jurídicos, analizar pruebas recabadas, determinar líneas de acción críticas en casos generales y particulares.
Indicó que en algunos casos tuvo contacto con algunos de los testigos protegidos, y que le tocaba convocarlos para las testificaciones y hasta orientarlos psicológicamente: “siempre fue un trato muy profesional, siempre se buscó que las personas que estuvieron colaborando dentro de las investigaciones se sintieran tranquilas, ese tipo de asuntos de corrupción son muy mediáticos y ellos se sentían presionados por esas cuestiones e incluso sus nombres aparecían públicamente en los medios de comunicación”.
“Una de las actividades que nosotros realizamos para difuminar esa carga mediática fue utilizar números largos de identidad reservada para que no se utilizaran reiteradamente sus claves de identidad, pues ellos habían ocupado cargos públicos”.
Dijo que los contactaban por llamadas y mensajes, por medio de los cuales les pedían que acudieran a tratar temas de sus testimonios y ellos llegaban a pedir ir más tarde o en otro momento, para lo cual dijo que sí existía esa comprensión y flexibilidad.
Detalló que en los momentos en que los testigos estaban nerviosos, se les canalizaba con tratamientos psicológicos para que se sintieran más tranquilos y aliviados para que no sintieran tanta presión. Entonces volvían más tranquilos luego de volver de terapia y nos agradecían.
Incluso dijo que un testigo recibió amenazas de otros imputados, señalamientos que ellos asentaron y les proveyeron de acompañamiento y vigilancia con el apoyo de elementos de la Fiscalía para que se sintieran seguros y estuvieron pendientes de que se requiriera utilizar los protocolos de protección a testigos.