La tasa de médicos generales que laboran en el sector público en la entidad es de 1.2 por cada mil habitantes, es decir, casi la tercera parte de la tasa que marcan las recomendaciones internacionales (ONU) que es de 3.5 por 1,000 chihuahuenses, de acuerdo a indice de ocupación del INEGI.
El INEGI cita que con dicha tasa, la entidad queda por Además, se cita que en el caso de médicos especialistas, la entidad incumple con las recomendaciones internacionales en cuanto a especialistas, y a la fecha, se tienen 0.8 por cada 1,000 habitantes, por debajo de lo establecido por la ONU que es 2 por cada mil habitantes.
En el caso del personal de enfermería, se establece que son 6 para cumplir los lineamientos por cada 1,000 habitantes, pero a la fecha, son 2.9.
En cuanto al personal de enfermería y apoyo en instituciones son 0.8 médicos por cada 100 mil habitantes para el estado de Chihuahua en tanto que se requieren al menos 9 por cada 1,000 habitantes
Dicho déficit aumenta en la zona serrana, en la que los nuevos médicos y pasantes que no desean asistir por el clima de inseguridad, de acuerdo al Colegio de Médicos de Chihuahua. Los municipios con más eventos relacionados con la inseguridad, son Madera, Guerrero, Moris, Ocampo, Uruachi, Chínipas, Guazapares, Urique Bocoyna, y Guadalupe y Calvo.
En el caso de médicos especialistas, es difícil incluso por medio de hospitales o atención privada, ya que son pocos los que toman especialidades como geriatría o anhiología, y sus consultas resultan inaccesibles.
Aunado a ello se encuentran médicos pediatras oncológicos, mismos oncólogos en otras especialidades, entre otros.
Recientemente, el Insabi “re publicó” la convocatoria para contratar a médicos en zonas de la sierra, algunas de estas señaladas como alto riesgo por estar en la serranía, esto ha sido difundido por la Secretaría de Salud tanto estatal como federal, durante meses, y la convocatoria continúa debido a que no hay aspirantes para cubrir esos espacios.
Además, los pasantes que cubrían en la mayor parte estas zonas, dejaron de acudir tras hechos violentos como el homicidio de la doctora que laboraba en IMSS Bienestar en Bocoyna.
A raíz de esto la situación en estas zonas que históricamente han sido difíciles para los médicos, ha empeorado, pues ni los estudiantes desean acudir, ni los médicos están dispuestos a arriesgar su seguridad, lo que ha sido apoyado por universidades, y colegios de médicos, dado que no existe una estrategia que garantice la seguridad en estos espacios.