El director ejecutivo de la Junta Central de Agua y Saneamiento, Mario Mata Carrasco, expresó que, si la Federación hubiera terminado de llevarse el agua de las presas, durante el conflicto del 2019, hubiera resultado imposible el ciclo agrícola 2021 y 2022.
“En cuanto a la extracción que se quiso hacer de mil 100 de metros cúbicos para pagar un atraso de 232 millones; ahorita tenemos mucho menos de mil 100 millones en las presas, estamos en un grave riesgo de no tener ciclo agrícola o plan de riego para 2023”, explicó.
Mata Carrasco, recordó que la extracción de la presa Las Vírgenes, sí afectó, pero habría sido mucho peor, si se hubiera concretado la extracción de La Boquilla, siendo un desastre total para el campo chihuahuense.
Agregó que el problema se hubiera visto reflejado en la muerte de millones de árboles, de cultivos perennes, así como en un importante problema socio-económico en todo el estado de Chihuahua, por la actividad que representan los ciclos agrícolas en esta entidad.
Reiteró que una de las principales acciones prioritarias de su inicio como director ejecutivo de la JCAS, será atender la problemática que trae consigo una de las peores sequías de los últimos años, en el estado, por lo que anunció que tendría acercamiento con los distintos sectores afectados por ese fenómeno natural.