El ambiente frío de una mañana de noviembre, a la par de que una decena de empleados de la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses realizaba la inhumación de 23 cadáveres, los padres de Cristina Gabriela L.V., quien fue localizada sin vida el 2013, se reencontraron en el panteón de Carrizalillo.
Apenas a principio de semana, la FEM logró obtener la identidad de una mujer localizada sin vida en 2013 en la capital del estado y desde entonces, en reiteradas ocasiones, se buscó a sus familiares, por lo que hasta estas fechas se obtuvo éxito al ver la pesquisa.
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La mujer fue localizada sin vida el 30 de marzo del 2013 en la colonia Los Naranjos en la ciudad de Chihuahua, junto a una planta tratadora de aguas, donde los restos fueron localizados por parte de Policías preventivos, Policías Investigadores, agentes del Ministerio Público y Peritos en materia de Criminalística de Campo.
El cuerpo fue resguardado en el Servicio Médico Forense (SEMEFO) en espera de que algún familiar lo reclamara o hubiera elementos de confronta genéticos, reportes de ausencia, además de agotar los mecanismos tendientes a su identificación y pese que agentes del Ministerio Público de la Unidad de Feminicidios realizaron la difusión en reiteradas ocasiones durante la década, tanto a nivel local e incluso a través de redes sociales, en aras de localizar a algún probable familiar, no se tuvo éxito.
Desde entonces, los restos de la mujer que al momento de su muerte contaba con 22 años de edad, estuvieron un tiempo en un congelador del Semefo, para después pasar a ocupar una de las fosas en el panteón de Carrizalillo.
Fue en agosto del 2024 cuando nuevamente la Unidad de investigación solicitó apoyo a la Unidad de Análisis de Evidencia Digital e Informática Forense y Comunicación Social para la difusión de las características de la mujer, como tatuajes y señas particulares.
Tiempo después, familiares se acercaron para ser partícipes en los exámenes periciales en materia de retratos hablados y genética forense, logrando cotejar las muestras de sangre y estableciendo así su plena identidad.
La mujer respondía al nombre de Cristina Gabriela L.V., con fecha de nacimiento en 1991 en la ciudad de Cuauhtémoc, por lo que contaba con 22 años de edad al momento de su fallecimiento.
Sentados en una de las tumbas que será vecina de Gabriela, los padres esperaban un papeleo por parte del personal de Carrizalillo, pudieron tener la certeza del paradero de su ser querido.