Los deudos de los difuntos, cuyos restos mortales, reposan en el cementerio La Colina participaron de la Santa misa, donde el presbítero les recordó que en esta vida son peregrinos y hay que disfrutar de ella.
En la zona del estacionamiento, frente a la capilla del camposanto se instaló una enorme carpa y sillería para que los deudos pudieran participar del banquete celestial.
El presbítero Serafín hizo énfasis en que en esta vida deben hacer puntos buenos, pero Dios es misericordioso y más grande que los pecados de los humanos.
“Cuando te vayas no te vas a quedar ni te vas a llevar nada, recuerda que eres peregrino y esta vida es de paso ¿Cómo y cuándo nos vamos a ir? Solo Dios sabe”, les dijo.
El presbítero les recomendó disfrutar ahora que tienes a tus seres queridos para que después no vayan a estar enojados por la muerte de algún ser querido.
Recordó que hace unas semanas un hombre organizó un gran funeral, tanto que parecía una gran fiesta. Él estaba enojado con Dios porque se llevó a su mamá, pero en realidad estaba enojado consigo mismo porque estando en vida su mamá poco le importó.
Insistió que al reflexionar sobre la muerte recuerdan la propia vida, “vamos de paso y esto es fugaz, nos invita a meditar sobre la propia vida y existencia, lo que alcances a disfrutar disfrútalo”.
El sacerdote además les recordó a los fieles que Dios es lo más importante y ello lo asienta en el Primer Mandamiento que es amarás a Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo.
Los reunidos en la celebración religiosa elevaron una plegaria para que Jesús, quien es la resurrección y la vida les conceda disfrutar de la vida terrenal y posteriormente, gracias a sus buenas acciones, llegar a la presencia de Dios.
Finalmente se les recordó que quienes creen en Dios y Jesús, la vida no se acaba solo se transforma porque tienen la confianza de que les tienen preparada una mansión en el cielo.