En la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad de Chihuahua se rompen barreras y se transforman vidas. En este lugar, la palabra "limitación" no existe, y las personas con discapacidad física, intelectual o limitación motriz encuentran un ambiente de inclusión, crecimiento, aprendizaje y felicidad. Esta institución, ofrecida de manera gratuita por el Estado, acoge a alrededor de cien estudiantes que sólo necesitan un poco de apoyo para desarrollarse de manera integral.
Dentro de las aulas de la escuela se vive algo especial. Lluvia Daniela, una alumna de 27 años con Síndrome de Down, comparte su experiencia y destaca la oportunidad de aprender y descubrir nuevas habilidades, como la cocina, las matemáticas y las manualidades. Al principio, sentía timidez al interactuar con sus compañeros, pero con el tiempo pudo superar ese miedo y lograr una integración plena.
En este espacio educativo se fomenta el desarrollo de habilidades y se promueve la confianza en sí mismo. Los estudiantes encuentran un ambiente seguro y acogedor, donde se les brinda el apoyo necesario para que alcancen su máximo potencial. La Escuela de Artes y Oficios de Chihuahua es un ejemplo de cómo la educación inclusiva puede abrir puertas y cambiar vidas.
Cada historia de superación y transformación que se vive en esta institución es un recordatorio de que las limitaciones no definen a las personas. En lugar de ello, se convierten en oportunidades para crecer, aprender y encontrar la felicidad. La Escuela de Artes y Oficios de Chihuahua es un faro de esperanza y un modelo a seguir en el camino hacia una sociedad más inclusiva y equitativa.
Lluvia Daniela asegura que es tanto lo que le ha ayudado la escuela para poder integrarse socialmente y vencer su timidez, que esto le ha dado la posibilidad de estar próxima a concluir también sus estudios en el CBTIS.
Lo que hace que la Escuela de Artes y Oficios sea tan especial es su enfoque en el desarrollo de habilidades para la vida, señala Adriana Paola Rodríguez, directora del plantel, quien destaca que los talleres impartidos abarcan varias disciplinas que tienen la finalidad de ayudarles a las alumnas y alumnos a construir un camino hacia la autosuficiencia.
“Es asombroso presenciar cómo con el paso del tiempo, las barreras físicas y emocionales se desvanecen para dar paso al desarrollo del potencial de cada alumno, lo que les motiva a participar en otros talleres para obtener más herramientas que les permitan construir una vida productiva, incluso en ausencia de sus padres o tutores”.
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Rodríguez refiere que, gracias a la buena relación con los padres de familia, se han alcanzado cambios sorprendentes dentro de la población estudiantil, ya que se ha mejorado la madurez emocional, la comunicación y se ha favorecido en gran medida la motricidad fina o gruesa.
Otro ejemplo inspirador es Jared, un joven de 17 años con discapacidad intelectual, quien desde su ingreso ha tenido la oportunidad de explorar y desarrollar nuevos conocimientos y habilidades.
Su disposición para enfrentar los desafíos con una actitud positiva y proactiva ha sido sorprendente, ya que ha demostrado gran capacidad de adaptación y ha sabido aprovechar cada oportunidad para descubrir su potencial en la fotografía y la cocina.
En este último caso, Jared logró superar el miedo a cortarse con los cuchillos y con el paso del tiempo ya pudo elaborar algunos platillos por sí mismo, para su familia.
También encontramos el testimonio de Andrés, de 27 años de edad, con discapacidad intelectual, quien manifiesta que el haber ingresado a la Escuela de Artes y Oficios le ha motivado a ser perseverante en aprender y crecer, aunque acepta que en ocasiones es un poco inquieto.
Refiere que al inicio le costaba trabajo interactuar y relacionarse con el resto de las personas, pero gracias al apoyo y cariño de sus compañeros y maestros logró vencer esa barrera para ya tener varios amigos con los que convive dentro y fuera de la escuela. Pero resalta que su mayor satisfacción ha sido el reconocimiento de sus papás y hermanos, por todas las destrezas que ha adquirido.
Dentro de las aulas de la institución, igualmente encontramos la historia de Fabián Enrique, joven de 19 años con discapacidad motriz e intelectual, quien dice sentirse muy orgulloso de haber ingresado al taller de talabartería, donde aprendió a elaborar cintos, monederos, carteras, bolsos de mujer y pulseras, mismos que comercializa entre familiares y conocidos, para contar con un ingreso económico.
Con emoción, Fabián indica que la escuela le ha servido también para hacer amigos, ya que antes de ingresar no tenía contacto con muchas personas con las cuales platicar o convivir, por lo que recomienda a más personas a que se acerquen y se inscriban a las diferentes actividades para que no se sientan solos en casa.
La directora de la institución, Adriana Paola Rodríguez, enfatiza en que la Escuela de Artes y Oficios enseña a todos que la discapacidad no define las capacidades de una persona, ya que dentro de las aulas alumnas y alumnos encuentran un refugio acogedor y lleno de posibilidades para la adquisición de habilidades para la vida.
Esto mediante la impartición de talleres como cocina, talabartería, zapatería, manualidades, reparación de electrodomésticos, fotografía, computación para invidentes, lengua de señas mexicana, primaria y secundaria abierta, los cuales se encuentran disponibles en dos turnos, matutino de 9:00 a 12:00 horas y vespertino, de 12:00 a 15:00 horas.
Actualmente la institución cuenta con una población cercana a los cien estudiantes, entre los cuales predominan personas con discapacidad intelectual, seguidas de quienes presentan alguna limitación motriz, esquizofrenia, debilidad visual y auditiva, las cuales reiteró, no son impedimento en sus deseos de aprender y salir adelante.
La directora extendió la invitación tanto personas con alguna discapacidad como adultos mayores a que se acerquen y conozcan las instalaciones de la escuela, las cuales cuentan con la infraestructura necesaria para atender y facilitar el acceso al alumnado, además de contar el servicio de transporte gratuito adaptado con diferentes rutas.
Para concluir, Adriana Paola Rodríguez subrayó que las inscripciones para las diferentes actividades se encuentran abiertas, por lo que las personas interesadas pueden acudir a la calle 70 S/N, en el fraccionamiento Salud, de la ciudad de Chihuahua, o comunicarse al teléfono (614) 411-56-62.