Retrasos constantes en las rutas, unidades sucias, ventanas rotas, malos tratos de los operadores, falta de la última vuelta y esperas de 20 minutos a más de una hora son algunas de las quejas compartidas por los usuarios del transporte público en la capital. Además, señalan que no han notado mejoras prometidas tras el aumento de la tarifa.
Esta situación afecta tanto el oriente, centro y norte de la ciudad, siendo más pronunciada en las zonas oriente, así como en partes del centro de Chihuahua. Los usuarios que viajan diariamente expresan su inconformidad, especialmente durante las horas pico, de 6 a 7 de la mañana y de 14:00 a 17:00 de la tarde.
Esto se debe a que, durante estos horarios, explican, resulta realmente incómodo subirse a los camiones por la cantidad de gente que los usa y las pocas unidades que circulan en la ciudad, además que, por ir a grandes velocidades en muchas ocasiones, los operadores de las rutas no realizan sus paradas correspondientes, dejando gente detrás.
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Además, es constante que los conductores del transporte, según refieren los usuarios consultados, estén utilizando el celular, fumando o en ocasiones con acompañantes que no son prestadores de este servicio, lo cual en ocasiones es sancionado y en otras las faltas no son captadas por la autoridad correspondiente.
Durante un recorrido realizado en diferentes partes de la capital, se logró recabar los comentarios de múltiples usuarios, quienes expresaron lo que consideran como carencias dentro de las unidades de transporte público en la ciudad, donde en su mayoría insiste en los tiempos de espera, y los horarios de operación principalmente al final de la jornada laboral.
El 6 de abril de 2023 se aprobó un incremento en el costo del pasaje de los camiones urbanos en la capital, elevándose de 9 a 12 pesos. Este aumento representa aproximadamente un 33% en las tarifas de las rutas alimentadoras de la ciudad. La medida fue implementada con la promesa de mejorar la calidad del servicio y las condiciones de las unidades, así como reducir los tiempos de espera, sin embargo, los usuarios aún no han percibido las mejoras esperadas, lo que ha generado un descontento generalizado entre los pasajeros frecuentes.
Un joven estudiante de Bachilleres explicó que cuando va a clases toma a las 6:00 de la mañana una ruta Nombre de Dios, hacia el Cobach 8, siempre se encuentra saturado por la alta demanda y la falta de camiones que pasen por la zona, por lo que en muchas ocasiones debe tomar otro camión más lejos de su hogar o bien, tomar un carro de plataforma para poder llegar a tiempo.
“A veces muchos estudiantes estamos esperando el camión a 10 o 15 minutos antes de las 6:00, y cuando pasa, algunos no se pueden subir de lo saturado que ya llega de otras colonias, muchas veces hemos tenidos que caminar a ver si alcanzamos otro camión o si no, agarramos un taxi”, expresó el menor de edad, quien vive en la colonia Quintas Carolinas.
De igual forma, los usuarios entrevistados explicaron que las condiciones físicas de las unidades de transporte no son las mejores y no cumplen con las condiciones que se les había puesto para poder subir la tarifa, teniendo desde sillas rotas, faltantes de asientos, ventanas rotas cubiertas con bolsas o cinta canela, láminas del suelo y de las paredes que pareciera que en cualquier momento se van a despegar, entre otras situaciones que ocurren dentro de las unidades de transporte público.
La señora Teresa, una mujer mayor, comentó que debido a que ella utiliza este medio de transporte todos los días para llegar a su lugar de trabajo, puede indicar que no ha notado un cambio significativo en los camiones desde que subió el precio del pasaje, señalando que las unidades parecen las mismas que años anteriores.
Asimismo, parte de las problemáticas que los usuarios encuentran en el sistema de transporte público tiene que ver también con los operadores, dado a que así como dejan estudiantes en la parada del camión, varios adultos mayores se quejaron no sólo de no ser recogidos por las rutas, sino que los camioneros los tratan despectivamente.
“¿Es porque sólo pagamos la mitad?, usamos camión por necesidad, no porque nos guste”, expresó la señora María, una adulta mayor que señaló que en múltiples ocasiones los operadores de camiones no se detienen a recoger el pasaje cuando se encuentra ella sola o bien, con algún estudiante.
De esta forma, otro adulto mayor indicó que el trabajo de los camioneros del transporte público es atender a los usuarios y seguir sus rutas, “nosotros no ponemos los precios, pero por algo es preferencial, ya ni ganas dan de subirse a los camiones con la actitud que tienen los transportistas”, señaló el señor Daniel.
A la fecha las unidades alimentadoras de transporte público continúan con las mismas problemáticas que los concesionarios se habían comprometido a resolver el año pasado, esto como parte del acuerdo para que se aumentara la tarifa de los camiones.
Algunas de las obligaciones que debían cumplir era que el 100% de las unidades fueran renovadas, pero la mayor parte de los camiones que circulan por la ciudad siguen rebasando los 10 años permitidos; también se había pedido que se instalara un GPS en todas las unidades.
Cumplir con las prestaciones laborales a choferes es otro de los compromisos que se habían asignado; así como contar con un app de localización de unidades en tiempo real con botón rosa anti acoso, entre otros acuerdos que hasta la fecha no se han cumplido en su totalidad.