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Alrededor de 8 mil voces se unieron en una sola para exigir a las diversas autoridades, entre otras cosas, se aplique la justicia en cada uno de los casos de violencia que se viven en la entidad.
Se pudieron observar miles de pancartas que contenían un pequeño fragmento de las historias con las que las mujeres cargan, como por ejemplo una en donde madre e hijos denunciaron que el señor, además de ser agresor, quiere tener la patria potestad de los hijos cuando no cumple siquiera con la manutención.
Este año se notó un importante aumento de mujeres que decidieron llevar a sus hijos a marchar para enseñarles la importancia de alzar la voz y hacer valer sus decisiones, por lo que infantes pedían con sus carteles no ser tocados ni abusados, pues "los niños no se tocan". En ese tenor, otras más compartían su testimonio dando a conocer que hoy en día gritan debido a que de niñas tuvieron que callar.
Por otra parte, el grupo Feminista Antiespecista recordó que los animales también son violentados, por lo que la justicia también debe ser para ellos, al tiempo que recordaron diversos casos de hombres que han violado a canes.
Otro colectivo reiteró que las mujeres transexuales también merecen respeto y la justicia debe llegar igualmente para aquellas que han sido asesinadas.
Nortejiendo, por su parte, a través del tejido continúa entrelazando historias para darlas a conocer y sumarse año con año a la lucha para solidarse con aquellos que han sido víctimas de algún tipo de abuso.
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A diferencia de otros años, en esta ocasión la marcha llegó no sólo al poder Ejecutivo, sino que se siguió hasta el Legislativo para agregar otra de las peticiones más sentidas que se tiene dentro del feminismo que es la legalización del aborto, solicitud que los congresistas han "congelado" por bastante tiempo.
