El arzobispo de Chihuahua, Monseñor Constancio Weckmann, presidió la misa dominical, desde la Catedral Metropolitana de Chihuahua, en la que durante su homilía destacó la importancia de mirar objetivamente un auto reconocimiento, y tratar fraternalmente al prójimo, evitando las críticas y juicios.
"La Palabra de Jesús dice en el evangelio de este domingo, que Jesús nos invita a no ser hipócritas cada vez que criticamos a los demás. Nuestra vida sería muy agradable, si fuéramos más exigentes con nosotros mismos, que con los demás; que nos aplicaramos a nosotros todos aquellos buenos consejos, que prodigamos a los demás. Frecuentemente, cuando las cosas van mal le echamos la culpa a los demás, y Jesús nos invita hoy a mirarnos, ver nuestro corazón, interiorizar nuestra vida y pensar en nuestros compromisos", invitó.
En ese sentido, don Constancio discernió, que solo cuando la persona es capaz de analizarse ella misma, será capaz de voltear hacia el hermano, y ayudarle -también a él-, a ver claro.
"El Señor nos llama a que empecemos por nosotros mismos, a que tratemos de mejorar. Eso es solamente lo que basta. Para que mejore el ambiente que nos rodea, hay que empezar por nuestro corazón y nuestra casa", explicó.
Para finalizar, instó a pedir a Dios, a que muestre la manera de ser verdaderos discípulos suyos.
"Aprendamos a tratarnos como verdaderos hermanos, aprender a no echar culpas a los demás. A tratar siempre con misericordia a los que nos rodean. Nos puede ayudar la oración y sacramentos frecuentes, cultivo de la fraternidad, mirar bien a los demás nos ayudará a ser árboles buenos, que den frutos buenos", concluyó.