El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, en su homilía dominical exhortó a la feligresía a luchar contra el mal y el pecado, y esforzarse por eliminar aquello que impide a las personas amar a sus hermanos, durante la misa que presidió en la Catedral Metropolitana de Chihuahua.
“El Señor en este evangelio nos pide luchar, para no ceder ante lo que es malo. Nos ha dejado los medios para luchar, uno de ellos son los sacramentos, especialmente el de la reconciliación, el de la confesión, para arrepentirnos de nuestras caídas; y la eucaristía, con la que el Señor viene a darnos fuerzas. Debemos recurrir también a la oración, y pedirle a Dios que nos ayude a luchar para no dejar que el mundo nos vaya atrapando y terminemos cediendo ante situaciones que no son lo que Dios quiere para sus hijos”, afirmó el arzobispo Miranda.
A celebración de la eucaristía se realizó en el marco del Domingo Sexto del Tiempo Ordinario, en el que se honró la fiesta que se celebró el pasado sábado 11 de febrero, de la Virgen de Lourdes.
“Hoy vamos a pedirle al Señor fuerza para la lucha, para ir contra todo aquello que nos separa del amor a nuestros hermanos, que no nos dejemos atrapar por las costumbres del mundo que nos rodea”, acotó.
Monseñor Miranda, discernió que el evangelio de este domingo 12 de febrero, es un llamado de atención a todos los que interpretan que la verdadera religión es solo cumplir formalidades; considerando que Jesús enseñó que el distintivo del bautizado es el amor, no el cumplimiento.
“El verdadero cristiano no debe fomentar en sí mismo, ningún sentimiento de odio o de mala voluntad hacia nadie. Esto no significa que no podamos experimentar sentimientos de antipatía hacia alguien que nos haya hecho algún daño, lo que no podemos es consentir eso que sentimos. Por eso, nuestro camino de acercamiento a Dios es esforzarnos por no fomentar en nosotros sentimientos que lo ofendan”, dijo.
El arzobispo Miranda, señaló que en el evangelio dominical, también se pide hacer las paces con las personas que se hayan ofendido, antes de ofrecer una ofrenda a Dios, porque no puede lo agradar, si no nace de un corazón reconciliado.
“El Señor nos invita hoy a que nos miremos sinceramente, y pensemos si alguien sufre por causa nuestra. Si es así, seamos los primeros en dar el primer paso hasta la reconciliación, por eso debemos tratar de practicar el perdón, proponernos pedir perdón cuando ofendemos a alguien, aunque no lo digamos con palabras, demostremos con nuestras actitudes, que queremos a esa persona y vamos a proponernos a perdonar”, exhortó don Constancio Miranda.
Para finalizar, llamó a tener un corazón donde tenga cabida ni el odio, ni el rencor, ni el resentimiento, aunque reconoció que es un pedido difícil, agregó que el Señor da la fuerza para realizarlo por medio de los sacramentos, la misa y la oración.