Le fe que cree, confía, espera y camina puede hacerlos fuertes de verdad, firmes para dar vida y hacer de nosotros hombres y mujeres nuevas, hijos e hijas de Dios, afirmó Monseñor Constancio Miranda Weckmann al presidir la misa dominical.
Los Integrantes de los grupos, movimientos y asociaciones de laicos que tienen presencia en la Arquidiócesis de Chihuahua se unieron en oración.
Este primer domingo de octubre, mes dedicado al Rosario, Misiones y San Judas Tadeo, se reflexionó que la fe es un regalo que Dios brinda, no se obtiene por el trabajo, ni la influencia social, sino que Dios concede la gracias de permanecer y crecer en la fe para dar testimonio de ella a través de las palabras y las obras.
El jerarca de la iglesia católica exhortó a los presentes en la Catedral Metropolitana de Chihuahua que oren a Dios para pedirle la fuerza necesaria para que aumente su fe, porque la fe no es leerse infinidad de libros, sino es fiarse y confiarse en las manos de Dios, guiados por su palabra.
Insistió en que la fe es un regalo que viene de Dios, es un llamado y la preparación del camino para darse cuenta que vale la pena seguirlo.
Entre los movimientos participantes estaban Adoración Nocturnos, Agrupación de Esposas Cristianas, Apostolado Mundial Fátima, Caballeros de Colón, Comunidad Misionera, Coro Diocesano, Cursillos de Cristiandad, Centro San José, Encuentro de novios, Encuentro matrimonial, Enfermeras de la Acción Católica, Escuela de la Cruz.
Además del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, Movimiento Familiar Cristiano, Movimiento Juventudes Cristianas, Renovación Carismática en el Espíritu Santo, Talleres de Oración y Vida, Pastoral Diocesana de Música, Escuela Superior de Música Pastoral Juvenil y Movimiento de Revisión de Vida Matrimonial.
Los presentes se unieron en oración por la paz, por las naciones, por los cristianos.
Finalmente, el vocero de la Arquidiócesis de Chihuahua invitó a la comunidad visitar el Santuario de San Judas Tadeo durante este mes y no esperar hasta el último día.