El especialista en delincuencia organizada e investigador criminal José Carlos Hernández Aguilar resaltó que los acontecimientos registrados en Juárez fueron más cruentos (que produce o muestra derramamiento de sangre), que los sucedidos en días anteriores en Jalisco y Guanajuato, dado que en la ciudad fronteriza hubo víctimas directas y colaterales de este llamado narcoterrorismo.
Consideró que este terrorismo se ha ido incubando desde tiempo atrás y que como un alud ha sido imparable, por lo que se vive una delincuencia irrestricta que se entiende como el escenario delictivo desbordado que por su hegemonía trasciende límites legales e institucionales de prevención y de control de un Estado de derecho, lo que causa un grave impacto en la sociedad.
El maestro en Gestión de Sistemas de Seguridad Pública destacó que son los albores de un Estado fallido, ya que cuando existen estos hechos de criminalidad desbordada, de impunidad, de corrupción y sobre todo de permisividad imparable, no hay gobierno. “No podemos engañarnos, no hay gobierno, sólo un silencio vacío de poder. El Estado fallido es aquel que por su visible ineficacia ha perdido la legitimidad moral entre sus gobernados, así como el control gubernamental que causa un impacto en las cuestiones de seguridad”.
El doctor en Sistemas Penales y Política Criminal explicó que un acto del crimen organizado tiene réplica, por lo que recomendó que se emita una alerta máxima debido a que no será un hecho aislado.
Destacó que cuando se habla de manera franca y directa contra grupos del crimen organizado, se da una réplica materializada en actos de crueldad, una constante de 30 años a la fecha.
Siempre que un gobernante en turno de cualquier nivel hace una declaración en ese sentido viene la réplica a través de la demostración de poder, por lo que consideró que los gobiernos deberían actuar sin hacer declaraciones, sobre todo porque el crimen organizado es un ente muy bien estructurado que puede causar estragos de gran magnitud. “Se trata de un terrorismo franco y manifiesto, por lo que es de esperarse que se registren otras réplicas”.
El doctor Hernández mencionó que el narcoterrorismo es la más profunda materialización de la alarma y el terror perpetrada dolosamente sobre un colectivo humano por uno o varios grupos subversivos, ya sea para imponer ideales, amenazar a la sociedad o al gobierno, destruir el orden público, atentar contra la seguridad o soberanía nacional.
“Se trata de un terrorismo nacional que si no se controla o somete va a continuar, es la manzana podrida que ha gestado la sociedad”.
Cabe mencionar que el pasado miércoles la gobernadora María Eugenia Campos Galván, durante la atención a medios, tras la puesta en marcha de la construcción de la Torre Centinela, envió un mensaje a los criminales “Que no se metan en el estado de Chihuahua, aquí en Chihuahua queremos vivir en paz y con tranquilidad”.
El especialista mencionó que tras los hechos de terrorismo se vive una neurosis social que ocasionó el cierre de negocios y cancelación de servicios y actividades. Se trata de trastornos de ansiedad.
“Es un terrorismo sin medida, y no debe tratar de vencerse con terrorismo de Estado, sino con la férrea voluntad del aparato de gobierno y la sociedad, querer instalar una sociedad armónica y de paz. No se puede hacer de manera aislada, hay que actuar sin partido en beneficio de la sociedad”.
El especialista sentenció que los actos delictivos pueden escalar para demostrar su espacio y poder.
Señaló que “No es culpa de López Obrador ni de Calderón, es culpa de todos los que hemos permitido, es decir, la sociedad afirma que ya no quiere muerte y no más narcotráfico, pero salen corriendo cuando un cártel entrega despensas con olor a sangre; gritamos ni una más y yo mujer permito que mi novio me ponga el cuerno, me golpee, me hiera…”.
Finalizó diciendo que como ciudadano hay que contribuir a que este fenómeno se combata.