“¡Explórense, cuídense, porque se nos va la vida!”, enfatizó Olivia, de 55 años de edad, a quien diagnosticaron con cáncer de mama hace nueve meses. Ayer salió de revisión tras una mastectomía.
Afirma que la cicatriz que tiene es el resultado de una gran batalla en la que salió triunfante, “Si queremos seguir vivas tenemos que luchar”. Para ella el perder el seno no es importante, lo mejor es que seguirá viviendo al lado de su familia. “Un seno no me hace menos o más mujer”.
A las puertas del Cecan relata cómo autoexplorarse fue vital para obtener un diagnóstico oportuno. Su vida dio un vuelco de 180 grados.
Olivia Contreras Martínez detectó una bolita en su seno derecho. Fue y se hizo una mastografía donde le confirmaron que se trataba de algo anormal, que era necesario practicarle una biopsia. No lo pensó dos veces, acudió al Hospital General Dr. Salvador Zubirán, los resultados confirmaron que se trataba de una lesión maligna.
La turnaron con el cirujano oncólogo, quien le dijo que no era candidata a cirugía, hasta después de la quimioterapia. La refirió con el doctor René González Mendoza, para ella un magnífico doctor.
Olivia recibió 20 quimioterapias, las primeras 16 fueron cada 8 días, las últimas 4 cada 21 días debido a la agresividad, al iniciar con estas últimas relata que fue terrible, con náuseas y vómitos, además de que el cabello se le caía a mechones, “Fue terrible, pero si queremos estar vivas tenemos que luchar”.
Al terminar la quimio la sometieron a una mastectomía, cirugía para retirarle el seno, el pasado 5 de octubre. Ella está muy agradecida por la atención que ha recibido por parte del médico así como del personal que forma parte del Centro de Cancerología.
Este lunes acudió a que le retiraran el dren de la cirugía.
Olivia afirma que su cáncer fue hormonal, no tuvo hijos, pero tiene una sobrina que pronto dará a luz y por ellos luchó con más fuerza.
“Muchos hombres no nos van a ver igual por no tener dos bubis, pero no dejo de ser mujer, soy la misma. Si te quieres como mujer, atiéndete y cuídate”.
Para Olivia este cáncer le dio una segunda oportunidad de vida, antes todo le hacía llorar, se quejaba y su actitud era negativa, al grado de decir que si moría no le hacía falta a nadie, sin embargo ha descubierto que la vida es bella y tiene mucho por qué y por quién vivir.
“Estoy feliz por el hecho de que gané, mi cicatriz no es más que una huella de que peleé en una guerra y gané”.
Los puntos de la cirugía pronto desaparecerán, deberá seguir en observación y dentro de dos semanas regresará a laboratorio y a que le den ciertos medicamentos.
Ella es una gran guerrera, quien recomienda autoexplorarse, pero sobre todo si detectan alguna bolita en el seno acudan con el médico, porque a lo mejor es salvar su vida.