Los integrantes de la Asociación de Pensionados y Jubilados de Gobierno del Estado peregrinaron hasta el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe para rendirle honor a la Virgen de Guadalupe.
En vísperas de la conmemoración de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en cerro del Tepeyac los pensionados y jubilados emprendieron su caminata desde la Catedral Metropolitana rumbo a la avenida Cuauhtémoc hasta tomar la Abraham González y llegar hasta el atrio.
Algunos caminaron con mucho sacrificio y al llegar hasta ofrecieron su entrada de rodillas.
La columna era encabezada por María Elena Carbajal, quien señaló que este año se reanuda la tradicional peregrinación, pues ellos iniciaron desde hace más de 30 décadas.
En esta ocasión, en lugar de ofrecerle flores a la Morenita llevaron despensas para que la iglesia las reparta en orfanatos, pues es una forma de agradecerle a la Virgen de Guadalupe y extender la solidaridad para con sus hijos.
Los peregrinos colocaron las despensas a un costado del altar.
A la puerta del templo fueron recibidos por el sacerdote Gustavo Sánchez Prieto, quien presidió la celebración eucarística.
Señaló que tras el paréntesis que se dieron por la pandemia han regresado a la casa de la Morenita del Tepeyac.
“¡Viva Cristo Rey, viva la Virgen de Guadalupe, viva San Juan Diego!”, gritaron al unísono bajo la guía del presbítero, quien los exhortó a los fieles orar desde el corazón.
Así mismo rindieron un aplauso a la Madre Santísima de Guadalupe.
El sacerdote agradeció la generosidad de los jubilados y pensionados, quienes hicieron una alcancía para comprar despensas y ayudar al más necesitado.
Les dijo que al ser sobrevivientes de Covid hasta el momento deben de agradecer a Dios y a la madre María de Guadalupe porque no los abandono y los llama a seguir recorriendo el camino llenos de fe.
En la oración comunitaria pidieron por La Paz del mundo, por los gobernantes y la
Patria, así como por los enfermos para que Dios les dé fortaleza en el alama y salud en el cuerpo, por sus familias, por el personal de salud, por los pobres, presos y migrantes. Así como por las intenciones de cada uno de los asistentes.
Con júbilo participaron de la Santa Misa.