Por segundo año consecutivo, los floricultores del municipio de Chihuahua sufren pérdidas y batallan ante condiciones adversas.
Entre plagas, inundaciones y la pandemia, Rafael Calleja, un floricultor local, no ha logrado sanar sus ventas luego de las pérdidas ocasionadas por la pandemia y la subsecuente retracción económica.
Refirió que las plagas son constantes, toda vez que fumiga hasta tres veces por semana y aún así no logra controlarlas.
Esto genera altos costos que son difíciles de cubrir en su situación económica, especialmente luego de que perdió la mayoría de su producto a las inundaciones del pasado 19 de agosto, cuando lluvias torrenciales azotaron la ciudad capital. De 150 cultivos en la carretera vieja a Aldama, perdió 130. El fenómeno afectó a otros floricultores también.
Aún con la reapertura de panteones y con el Día de los Muertos cerca, no se ve en posición para comercializar sus flores ya que perdió casi todas a las inundaciones.
"¿Qué ganamos con que se abran los panteones si no tenemos flores?", lamentó.