En el año 2014 autoridades de los dos niveles de gobierno iniciaron un proyecto que en su momento recibió por lo menos 68 millones de pesos, el cual pretendía ser el “Estacionamiento Plaza Comercial y Turística”, pero terminó siendo un “pantano” de contaminación que siempre concentra agua y desperdicio de todos los tipos.
La obra tenía como término el año 2016, según el convenio 192/2015 que signó el Municipio de Chihuahua con el Fideicomiso para la Rehabilitación del Centro Histórico de la Ciudad de Chihuahua, para la construcción de esta obra que sería de mucho provecho para los chihuahuenses, pero que luego de 11 años sólo se quedó a un 35% del avance del proyecto.
A pesar del dinero que el Gobierno del Estado depositó en el 2014 al fideicomiso antes mencionado, sólo entregaron 49 millones 500 mil pesos a la constructora Santa Rosalía S.A. de C.V., por lo que actualmente existe un adeudo de aproximadamente 18 millones de pesos más gastos actualizados de intereses, indirectos, costes que sumarían cerca de 46 millones de pesos.
La historia de la obra abandonada, que se encuentra ubicada sobre la avenida Venustiano Carranza y avenida Niños Héroes, se remonta a la administración de César Duarte, cuando solicitó al Congreso del Estado la conformación de un Fideicomiso para la Rehabilitación del Centro Histórico de la Ciudad de Chihuahua, con el cual se realizó la Plaza del Mariachi y se tenía contemplado un estacionamiento con plaza comercial en el primer cuadro de la ciudad.
Posteriormente el Gobierno del Estado entregó recursos públicos a la institución bancaria Banorte, a través de un delegado fiduciario, de nombre Celina Elizabeth Treviño Lozano, quien cobró cerca de 500 mil pesos de honorarios por el manejo de recurso público, que posteriormente entregó al fideicomiso, y a su vez al Municipio de Chihuahua contrató a la constructora Santa Rosalía.
Entre las observaciones que registró la administración municipal en la obra que inició el exalcalde Javier Garfio Pacheco fue que no existía liquidez para la elaboración de la obra proyectada a una inversión de 114 millones de pesos, ya que sólo había 50 millones de pesos y la Ley de Obra Pública no permite hacer contratos cuando no se tiene el total de la inversión, lo cual se omitió.
El día 30 de junio de 2015 inició la obra formal en el primer cuadro de la ciudad, y según los datos contenidos en las cláusulas del contrato y convenio de colaboración, la constructora Santa Rosalía tenía un límite de 250 días para terminar con este edificio, es decir que el día 24 de febrero del año 2016 la obra debió haber sido entregada al Municipio de Chihuahua, lo cual hasta la fecha no ha ocurrido.
El día 29 de febrero de 2016 fue la última fecha donde el Municipio de Chihuahua hizo entrega de una factura por 994 mil pesos, y fue el último pago que se hizo a la constructora, quien siguió con la obra hasta invertir 18 millones de pesos más de avance al edificio, que hasta el momento no le fueron pagados y se encuentra en conflictos legales para recuperar lo invertido.
Ante la falta de liquidez o recursos por parte del fideicomiso que se haría cargo de cubrir los 114 millones de pesos para la obra, no fue posible seguir con la misma, ya que el Estado de Chihuahua no aportó el resto de los recursos para su culminación y en cambio sólo se generaron deudas y conflictos legales.
La obra quedó con un avance del 30%, pero a pesar de los años no ha recibido ningún avance o modificación en el proyecto, incluso el Municipio de Chihuahua ya terminó la contratación con la constructora y actualmente el fideicomiso encargado de la obra y dueño del terreno otorgado por el Gobierno del Estado no puede ser finalizado hasta que se haga un nuevo contrato con el Estado o el Municipio de Chihuahua.
Para retomar la obra se requiere saldar 36 millones de pesos de adeudo, más seis millones de pesos, que se requieren para la reparación de deterioros que se han generado tras el estancamiento de la obra, por lo que nuevamente deberían invertir más de 106 millones de pesos para lograr finalizar la misma.
Actualmente la obra se encuentra en el olvido total, el fideicomiso no le dio seguimiento a la obra, se generó un adeudo de 36 millones de pesos, el Municipio o Estado no quieren avanzar en el proyecto y las instalaciones se encuentran concentrando grandes cantidades de agua y basura en su interior.