Grupo Bafar añadió un método para la potabilización del agua reciclada de su planta tratadora de aguas residuales en la ciudad de Chihuahua, por medio de ósmosis inversa, lo que le permite reutilizar en sus propias instalaciones el 80% del agua que se genera a la red de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento.
Alfonso Lechuga de la Peña, gerente de Relaciones Institucionales de Grupo Bafar, destacó que con el agua que se procesa en la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Bafar -que ya operaba desde 2018-, los tiempos nuevos imponen contar con nueva infraestructura, para poder reutilizar al máximo el agua, y eso fue lo que los llevó a hacer el proyecto de la Planta Tratadora de Aguas Residuales, con una inversión aproximada de 47 millones de pesos.
“Es una de las plantas tratadoras más modernas del país, para una industria de alimentos. Esto se vuelve una obligación de la industria: tener una infraestructura de este tipo para utilizar al máximo el agua. Fue una coyuntura de que había una persecución contra Grupo Bafar, y decidimos hacer nuestras instalaciones y no depender de permisos de Gobierno del Estado. Hicimos nuestras gestiones, con Conagua, y ya no descargamos con Municipio, al contar con infraestructura de primer nivel”, explicó
En 2018 Bafar empezó a descargar el agua al río, dentro de la Norma; con un permiso federal para hacer la descarga, hasta el mes de junio de 2021, Bafar ya no realiza descargas al río Chuvíscar, sino que utiliza la red municipal por medio de alcantarillado. Alfonso Lechuga anunció que el tubo a través del cual se hacían las descargas se va a retirar, para dar certeza de que no se están haciendo descargas.
“El compromiso de Bafar hacia el cuidado del medio ambiente, por eso la operación exigía una planta del tratamiento con estas características, de las pocas que operan en el estado de Chihuahua. Nuestros procesos empiezan a ser amigables, para utilizar menos agua; incluso, hicimos actividades de conservación en el río Chuvíscar”, afirmó Lechuga de la Peña.
Planta Tratadora
La planta cuenta con cinco fases: la primera es que se recibe todo el agua que genera Bafar, luego se retira todo el sólido y rastros de grasas mayores a un milímetro cuadrado, por medio de una criba sanitaria. El sólido se dispone de acuerdo a las normas de Ecología del Estado. El agua pasa a un contenedor que se limpia con un desnatador o desgrasador. Pasa a un reactor, donde se eliminan todos los contaminantes del agua con bacterias aerobias. Se pasa a un proceso de flotación, en el que se elimina la bacteria del agua y se clarifica, dando como resultado, agua cristalina. Se pasa por filtración de arena, se descarga a la red municipal en un 20%, con una excelente calidad de flujo. El 80% restante, pasa a ósmosis inversa, para reutilizarse en la empresa.
Ósmosis Inversa
Sergio Díaz, responsable de la planta tratadora, que se maneja en convenio con una empresa que se especializa en el manejo de plantas de agua de tratamiento explicó que cumple con las actualizaciones de la NOM -001, con los estándares más rigurosos de seguridad, gracias al sistema de ósmosis inversa, para que el agua que se está obteniendo del agua residual tratada, se potabilice.
“Antes ya se reutilizaba el agua, ahora, el 100% de la descarga del agua, se va a utilizar en procesos como torres de enfriamiento, riego de aguas verdes, lavado de tráileres, y se analice que se use también en el área de baños. Es un avance muy grande, es un sistema muy nuevo, en el que el agua que se saque del procedimiento, se puede reutilizar en pro de la sustentabilidad del medio ambiente”, explicó Sergio Díaz.
La capacidad de la planta tratadora son 40 metros cúbicos de agua por hora, y el sistema de ósmosis inversa, tiene una capacidad de 40 metros cúbicos. El 100% del agua que se utilice, se va a reutilizar, al ser un agua potabilizada, y que se someterá a los estándares de la Norma 127, para su análisis. El costo de operación es de 45 pesos el metro cúbico.
Desde el pasado jueves 6 de abril, inició el proceso de ósmosis inversa, de la que en una demostración, se observó las propiedades del líquido potabilizado, de las que destacan su claridad y que no tiene ningún tipo de olor. Sólo se observan burbujas pequeñas, por ser tratada por un proceso aerobio y se purifica con procesos de presión de aire. Después de un tiempo, se disipan las burbujas.
“Con el agua que saca nuestra planta, la usamos para trapear los pisos, la usamos para lavarnos las manos, es un agua muy segura y extremadamente útil. Esa es el agua que se descarga a la red municipal, con cumplimiento de la Norma 001 y Norma 002, porque la JMAS también muestrea”, explicó.
Luego de todas las presiones y protestas que enfrentó Grupo Bafar, realizó un estudio por medio de una empresa privada sobre las fuentes contaminantes que se encontraron en el río Chuvíscar, que son desde asentamientos humanos que no tienen descarga formal en las colonias La Esperanza, Martín López y Alfredo Chávez. También hay asentamientos irregulares a lo largo del río, sin drenaje en la zona – Bafar tuvo que construir sus líneas de drenaje-. En el margen del río Chuvíscar hay ganado y otras serie de contaminantes que contribuyen a la condición del agua.
Peces muertos
La presa Chuvíscar tiene años en condición de azolvada, sin tratamiento para el agua que se estanca en el espacio. Una versión extraoficial menciona que los peces que aparecen sin vida en la presa Chuvíscar se deben a la falta de oxigenación del cuerpo de agua, que es provocada por la contaminación y el nivel de azolve. Por lo anterior, el cuerpo de agua contiene muy poca agua, después del tiempo de lluvias y frío se reproducen más los peces; pero cuando cambia el clima y se estanca la poca agua todo compite por el oxígeno y no alcanza para todos es la razón de este fenómeno.