De acuerdo al Comportamiento Epidemiológico del Cáncer en Menores del INEGI en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil, que se conmemora cada 15 de febrero, un total de 306 menores de 17 años en la entidad, se encuentran en tratamiento por algún tipo de cáncer.
También te puede interesar: Tumores malignos, tercera causa de muerte en la entidad para el segundo semestre de 2022
De acuerdo al INEGI, en 2020 había 295 menores en tratamiento, y para este 2023 la cifra aumentó a 306, lo que muestra un ligero aumento.
Del total de casos, el 52 por ciento de los casos de cáncer infantil fueron tumores sólidos; 40 por ciento leucemia; el resto leucemia linfoide aguda.
En los grupos con mayor incidencia son en primer lugar de 0 a 4 años, con un 45 por ciento; de 5 a 9 años, con un 24 por ciento; de 10 a 14 años, el 20.4 y el resto, de 15 a 19 años.
De acuerdo al sitio web del gobierno de México "El cáncer infantil no se puede prevenir, pero sí enfrentar", la detección oportuna y atención temprana incrementan las oportunidades de recuperación de un niño o niña con cáncer.
El documento especializado en oncología pediátrica señala que el cáncer infantil abarca tumoraciones o enfermedades caracterizadas por el desarrollo de "células anormales que se dividen, crecen y se esparcen sin control en cualquier parte del cuerpo".
Esto puede ocurrir en cualquier momento de la niñez y la adolescencia (hablando de menores de 18 años) pues de igual forma aparece en adultos.
Refiere que la oncología pediátrica focaliza "todas las acciones y esfuerzos en los pacientes oncológicos y busca promover la detección oportuna".
Además, se enfoca en las valoraciones tempranas, y los tratamientos integrales, que favorecen la recuperación y calidad de vida de niñas, niños y adolescentes que han sido diagnosticados con cáncer.
De acuerdo con el documento, los tipos de cáncer más comunes en la niñez y en la etapa de adolescencia son diversos pero las leucemias ocupan el primer lugar.
Se trata de enfermedades que aparecen y crecen rápidamente en pacientes, en este caso niños y adolescentes que previamente habían sido sanos.
Los tipos más comunes son leucemias, retinoblastoma, tumores renales, tumores hepáticos y tumores óseos.
Después de éstos siguen los tumores cerebrales, tumores germinales, abdomiosarcomas, neuroblastomas, histiocitosis, tumores del sistema nervioso simpático, sarcomas de tejidos blandos, linfomas y tumor de Wilms.
Por lo anterior, se indica que es necesario observar el desarrollo de los niños y de inmediato acudir a un médico ante la presencia de síntomas como fiebre, pérdida de peso o falta de apetito.
También si se detecta palidez, fatiga, sangrado o moretones continuos e inexplicables, pues al observar estos síntomas es posible una detección oportuna y por consecuencia atención.