A pesar de que no podrán pasar -quizá la que se considera como la noche más importante del año- con sus familias ni disfrutar de una suculenta cena como la mayoría de los chihuahuenses lo hará, pues deberán laborar este día, policías, bomberos, custodios y personal que atiende la línea de emergencias 9-1-1, dijeron sentirse satisfechos y orgullosos de poder contribuir a la seguridad y salvaguarda de quienes sí podrán disfrutar de esta celebración.
Estos servidores públicos se han convertido en un verdadero ejemplo, al ser ellos quienes sacrifican el privilegio de estar con sus hijos, padres, cónyuges o amigos durante la Nochebuena o en la misma Navidad, dos de las celebraciones más importantes y emblemáticas de la cultura mexicana, sin ningún otro fin que el de cuidar la integridad y los bienes de la comunidad a la que sirven.
Al ser la seguridad uno de los rubros sociales más importantes, por ningún motivo puede soslayarse ni ser descuidada, tal como lo ha dicho el propio alcalde capitalino, Marco Antonio Bonilla, por ello, no sólo se ha dispuesto de suficientes elementos preventivos para garantizar la vigilancia en los diferentes distritos de la mancha urbana, sino también de bomberos, personal para atender las emergencias vía telefónica y de agentes de detención que reciben a los detenidos en ambas comandancias, además de otras áreas que permanecen abiertas al público para dar seguimiento a cualquier eventualidad que pudiera suscitarse durante esta importante fecha.
Los colaboradores de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), coincidieron en que alguien debe cuidar de las y los chihuahuenses mientras conviven con sus familias o amigos, y ese alguien son ellos, lo cual, según sus palabras, vale totalmente la pena, al poder contribuir a salvar una vida, detener y custodiar a las celdas a un peligroso delincuente, extinguir un incendio en una vivienda o brindar apoyo emocional momentáneo a quien de manera angustiada busca ayuda través de la línea 9-1-1 para reportar una emergencia.
Desde que ingresan a la academia como cadetes, los elementos tienen claro que ya no serán parte de la sociedad civil, sino de un grupo selecto de personas que decidieron comprometerse con su comunidad para servirla y protegerla, sin importar la fecha o la hora, las condiciones climáticas o incluso las necesidades personales, pues así lo decidieron por convicción propia, al juramentar ante ésta los valores esenciales que representan e identifican a la corporación; lealtad, respeto y honestidad.
Luego de saber que fueron comisionados para pasar Nochebuena o Navidad en las calles a bordo de una patrulla, en alguna de las estaciones de Bomberos, en el área de Barandilla de las comandancias o detrás del conmutador del 9-1-1, para trabajar por la seguridad de cerca un millón de habitantes que conforman la ciudad y la zona rural, estos funcionarios comparten su sentir.
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Yaxel Edith Heredia Rivera, policía con 8 años de servicio en el Distrito Colón
“Desde que estoy aquí, en varias ocasiones he trabajado el 24 de diciembre por la noche, y aunque es difícil estar separada de mi familia, es bonito poder servir también a los demás durante sus convivios y reuniones, sobre todo cuando éstos se realizan de manera sana y en armonía, alguien tiene que brindarles seguridad.
Muchas personas nos invitan a cenar cuando acudimos a atender una emergencia, son muy lindas y eso nos hace sentir como en casa, aunque no estemos ahí. Vengo de una familia de policías y ya saben la dinámica de un oficial de la ley, por eso no es tan difícil aceptarlo”.
Brandon Eduardo Félix Gutiérrez, operador del sistema de emergencias 9-1-1
“En Navidad suele haber muchas llamadas por las fiestas que se realizan, y aunque no estaré con mi familia, me siento contento porque existe mucha hermandad con mis compañeros y destinamos unos minutos para convivir rápidamente la cena.
Hasta cierto punto nos acostumbramos a trabajar en días festivos, porque sabemos que es por el bien común y esa es la mayor satisfacción”.
Luis Raúl González Ávila, asignado a la estación 3 de Bomberos
“Me tocará pasar Navidad en la estación, y aunque no estaré con mi esposa ni mi hijo, tengo una familia aquí con mis compañeros y eso me consuela. En casa entienden que hay fechas festivas en las que no puedo estar con ellos y tratan de ser empáticos. Así lo decidí y vas aprendiendo a lidiar con ello.
El no ser yo quien les dará el primer abrazo en Nochebuena o al amanecer a las personas que amo, es realmente lo que me entristece, pero ellos estarán ahí siempre y la gente me necesita”.
Lizeth Gabriela Acosta Rodríguez, agente de detención en la Comandancia Norte
“Estoy un poco triste porque esta Nochebuena la pasaré alejada de mis hijos, quienes me han preguntado la razón por la cual no estaré con ellos.
Mis compañeros y yo nos organizamos para realizar una pequeña convivencia en la comandancia para que no muera el espíritu decembrino. Alguien tiene que recibir y cuidar a quienes han infraccionado la ley”.