Esta noche, en la colonia Lomas del Santuario, vecinos de la zona se unieron para celebrar el Día de Muertos con la instalación de un altar en el parque conocido como el Triángulo de Los Olivos, ubicado en la intersección de las calles Presa el Rejón y Presa Chuviscar. La iniciativa, que surgió como una forma de honrar a sus seres queridos y preservar las tradiciones mexicanas, congregó a aproximadamente 90 familias del sector, quienes se sumaron entusiastamente a la organización y montaje del altar.
El altar, un emotivo homenaje a los difuntos, se instaló en el centro del parque y fue adornado con un vistoso arco de flores de cempasúchil, la flor emblemática de esta festividad. Este arco marcaba la entrada al altar y, tras cruzarlo, los visitantes podían caminar por un pasillo de velas y pétalos de cempasúchil que los guiaba hasta el corazón del parque, donde se dispusieron las ofrendas. La ambientación estuvo cuidadosamente pensada para evocar el misticismo y solemnidad característicos del Día de Muertos.
Durante la ceremonia, los vecinos compartieron pan de muerto, chocolate caliente, café y agua en una pacífica convivencia. Los participantes comentaron que estos alimentos se seleccionaron por su simbolismo y conexión con la tradición, además de ser un gesto de fraternidad entre los asistentes. La atmósfera fue de respeto y armonía, reflejando la unidad de la comunidad en torno a sus costumbres y raíces culturales.
La participación no se limitó solo a los vecinos de Lomas del Santuario, ya que habitantes de otros sectores cercanos se acercaron a admirar el altar y a disfrutar de la convivencia. Estas visitas de personas ajenas al sector fueron bienvenidas, ya que se invitó a todos los asistentes a tomar pan con café y sumarse a la celebración. Esta apertura fortaleció aún más los lazos entre las diferentes comunidades, destacando el espíritu inclusivo y de hospitalidad.
Los organizadores destacaron que la participación en la creación del altar fue espontánea y que muchas familias colaboraron de diferentes maneras, ya sea con flores, velas, alimentos o el tiempo dedicado a montar el altar. Esta colaboración refleja el sentido de pertenencia de los vecinos y su interés por preservar una de las tradiciones más significativas de México. "Es una forma de recordarlos y de sentirnos más unidos", expresó uno de los participantes.
Esta iniciativa no solo cumplió con el propósito de honrar a los difuntos, sino que también sirvió como un espacio de convivencia que permitió a las familias estrechar sus vínculos. Los vecinos comentaron que esperan seguir realizando este tipo de actividades en el futuro y, con ello, crear una tradición que pueda pasar de generación en generación.
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El evento en el Triángulo de Los Olivos fue un recordatorio de la riqueza cultural de las festividades del Día de Muertos, y de cómo esta tradición sigue viva en el corazón de los mexicanos. Para los habitantes de Lomas del Santuario, la actividad no fue solo una celebración, sino una muestra de la fortaleza y unidad que caracteriza a su comunidad.