Un grupo aproximado de dos mil migrantes son los que se mantienen expectantes y en total incertidumbre en las inmediaciones de Granjas Palomas, lugar en el que fueron dejados a la deriva luego de que el tren en el que se dirigían a Ciudad Juárez se detuvo este viernes e impidió que siguieran su curso.
Ante tal situación, cada una de las personas en tránsito se ha visto en la necesidad de tomar opciones alternas a fin de lograr su cometido y llegar a Ciudad Juárez para intentar cruzar al país vecino en donde buscan lograr una mejor calidad de vida.
Algunos han optado por continuar su camino a pie sorteando los peligros de la carretera. Otros, han decidido regresar a los patios de Ferromex a fin de iniciar su viaje en otro tren buscando que ese sí llegue a la frontera y no los deje varados.
Otros más, se mantendrán esperando en el lugar con la esperanza de que el tren en el que viajaban reanude operaciones; sin embargo, no dejaron de comentar a esta casa editorial que los mantienen con mentiras al respecto, pues en primera instancia les dijeron que el ferrocarril se descompuso, lo cual aseguran es falso.
En un recorrido efectuado por El Heraldo de Chihuahua al lugar en el que dejaron varados a los migrantes, se pudo observar la desesperación e impotencia de los mismos, los cuales lamentan que en vísperas de la Navidad no puedan tener un lugar seguro en el cual estar con sus familias.
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De la misma forma, externaron lo complicado que ha sido enfrentarse a las inclemencias extremas del clima, particularmente para los menores de edad; “los niños lloran durante la noche por el frío que tienen”, además de las dificultades que implica estar en medio de la nada.
Y es que detallaron que en los patios de Ferromex al menos tienen la oportunidad de salir a buscar comida, pero ahí todo está más lejano, razón por la cual se encuentran desesperados y buscando alternativas.
Comentaron estar agradecidos con la ciudadanía, de la cual dijeron “tienen un gran corazón”, lo cual se pudo observar ya que varias personas se acercaron a donarles cobijas, un poco de comida y agua; empero, acusaron a las instituciones de no hacer nada y de frenar sus derechos al no dejarlos avanzar a la frontera.