Chihuahua trabaja en la creación de un protocolo para el bono hidrológico o azul a fin de que los grandes usuarios del agua hagan un pago por el servicio ambiental hidrológico, explicó el ingeniero Humberto Molinar Hernández, director de Desarrollo Forestal y Recursos Naturales de la Secretaría de Desarrollo Rural, quien además explicó que en la capital se cuenta con 35 obras de infiltración.
Entre esos grandes consumidores se encuentra Heineken en el municipio de Meoqui, que si bien tiene cero emisiones de carbono, es un gran usuario, al igual que el sector agrícola y otras empresas que pueden aportar recursos para el servicio hidrológico.
Señaló que debido al cambio climático se tienen condiciones adversas, entre las que destacan las temperaturas muy elevadas y la sequía severa hacen necesario emprender acciones para el mantenimiento de bosques y cuencas hídricas.
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El funcionario dijo que pretenden que el protocolo sea un ejemplo a nivel nacional.
El cuidado del agua es una tarea de todos afirmó el ingeniero Humberto Molinar Hernández, director de Desarrollo Forestal y Recursos Naturales de la Secretaría de Desarrollo Rural, área que está involucrada en la construcción de presas de gaviones para una mayor infiltración de agua, con lo que se busca la sustentabilidad hídrica.
Explicó que en la cuenca hidrológica de Chihuahua capital se han realizado 35 obras de infiltración, ello como parte de la coordinación entre la SDR, Conafor y Municipio de Chihuahua, además este año firmarán un convenio con el municipio de Cuauhtémoc, productores agrícolas, entre ellos ganaderos y fruticultores, así como la JMAS de Cuauhtémoc.
El ingeniero Molinar detalló que estas obras se derivan del programa de Pagos por Servicios Ambientales, aunque son varios los servicios se enfocan en el hidrológico, debido a que el bosque es el principal generador de agua. En este sentido a un ejido o predio particular se la apoya para que conserve el bosque sano, se instala una brigada para combate de incendios y gran parte del recurso se destina a las obras de infiltración, como son presas de gaviones, las cuales permiten el doble de la infiltración natural de los cauces, evitan pérdida de tierra fértil y sirve de mantenimiento.
En Chihuahua capital se emprendió el trabajo tras realizar la caracterización de los acuíferos, lo mismo que se hizo en Cuauhtémoc. En los acuíferos de El Sauz-Encinillas y Chihuahua-Sacramento que son los que le brindan agua a los ciudadanos y otros servicios.
Los estudios de caracterización de los acuíferos los desarrollaron especialistas en hidrología, quienes determinaron que la presión hacía los acuíferos es grave, por lo que se seleccionaron sitios que de forma natural pueden funcionar para el infiltrado.
El ingeniero explicó que de la lluvia que cae, entre el 2 y 7 por ciento se infiltra de forma natural para nutrir los acuíferos, pero con las obras de infiltración se dobla la cantidad, es decir, llega a un 14% de volumen infiltrado.
La Cordillera del Nido, como se le denomina a la sierra donde se ubica Majalca, registra una precipitación de 670 milímetros al año, en la ciudad hay precipitaciones de 250 milímetros, es decir que en la sierra la precipitación es más del doble. Una parte de esa agua se derrama a una cuenca abierta hacia el río Sacramento que aporta al río Conchos y al final al río Bravo. La otra cuenta es cerrada que descarga en la Laguna de Encinillas, ubicada en el kilómetro 100 de la carretera Chihuahua a Juárez.
La misma Sierra de Majalca es proveedora de agua de la presa Francisco I. Madero, en la parte poniente de la sierra, el agua cae hacia el río Santa Isabel y este descarga en Las Vírgenes.
Las obras de infiltración iniciaron en el 2019 cuando el ingeniero Mauro Parada fungía como director de Desarrollo Rural y ahora a nivel estatal se trabaja.
El ingeniero Molinar destacó que del 2019 al 2021 se trabajó arduamente y el proyecto se consideró como el mejor de la zona norte del país. En el 2022 a 2023 se continúo con el trabajo y a la fecha se cuenta con 35 obras de infiltración.
La cuenca de la Cordillera del Nido inicia en el Fresno, por donde se ubican los Ojos del Chuvíscar, donde hay 6 obras y el monitoreo arroja buenos resultados; la parte norte se ubica en el kilómetro 90 en el ejido Las Varas colindando con el municipio de Namiquipa donde también hay obras. En la parte media de esos polos hay obras en el ejido Francisco I. Madero, ejido Ocampo, ejido Cuauhtémoc y Nuevas Delicias y Anexas.
Señaló que la semana pasada viajaron a Guadalajara para solicitar una concurrencia de recursos federales para infiltrar agua y continuar con el cuidado de los acuíferos.
Al sur de la ciudad, se encuentra el acuífero Villalba que se tenía como un reservorio de agua potable para la ciudad, pero debido a la explotación de la economía agrícola ya no tiene el mismo estatus. Este acuífero traspasa hasta el municipio de Rosales. En el otro extremo se encuentra el acuífero Tabalaopa-Aldama que sí da agua a la capital.
Lo mismo ocurre en la cuenca cerrada de la Laguna de Bustillos que es el agua que escurre de la sierra alrededor del municipio de Cuauhtémoc e incluso trasciende a Bachíniva y Riva Palacio. De esta manera se están definiendo los puntos para las obras de infiltración que ayuden a incrementar el volumen.
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La cuenca de la Sierra Tarahumara es abierta y el agua derrama al río San Pedro, Conchos y Florido, que finalmente también va al río Bravo. En esta cuenta se cuenta con trabajos para la conservación del bosque, sobre todo en Carichí y Cuauhtémoc debido a que son municipios generadores de lluvias, en esa cuenca la infiltración es buena a través del cauce de los ríos antes mencionados.
El ingeniero destacó que hay que cuidar las cuencas porque son el agua para las futuras generaciones, la Sierra Tarahumara da agua a 7 estados como son Sonora, Sinaloa, Durango, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y Chihuahua, así como a Estados Unidos de Norteamérica.
A la fecha la Dirección de Desarrollo Forestal trabaja en el cuidado del arbolado adulto a fin de que pueda seguir proveyendo del servicio ambiental hidrológico.
