Los estudiantes de la facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de la UACH tuvieron a su disposición el cursar un taller de Lengua de Señas Mexicana impartido por el Dr. Aarón Pedraza Rodríguez y con la finalidad de que los futuros profesionales de la salud cuenten con una mayor cantidad de herramientas para desempeñar sus labores y brindar así una mejor atención a todo tipo de pacientes.
Este curso se realiza en “Lengua de Señas Mexicana” y llega a los estudiantes de las carreras de la facultad antes mencionada para que los mismos tengan la capacidad de comunicarse con pacientes que tengan algún tipo de discapacidad auditiva.
Esta capacitación se realizó en el aula magna del Campus Colón de la unidad académica antes citada de la Universidad Autónoma de Chihuahua, impartida por el Dr. Aarón Pedraza Rodríguez, quien explicó la importancia de dicha preparación, toda vez que el “90% de las personas sordas no acuden al servicio médico por las barreras de comunicación que existen”.
El mismo Pedraza Rodríguez conoce de primera mano las dificultades que en ocasiones las personas con este tienen al acceder a servicios médicos de calidad, al ser él mismo una persona que vive con esta condición.
El expositor mostró a los asistentes el alfabeto, la forma correcta de presentarse, los signos y síntomas del cuerpo humano, el vocabulario de la salud, así como los mitos, prejuicios y creencias que existe en torno a las personas sordas.
Desde su propia experiencia, a través de anécdotas Pedraza Rodríguez dio a conocer diversas vivencias, así como anécdotas que se presentan en las unidades de salud ante el desconocimiento de la Lengua de Señas Mexicana.
Con el objetivo de mostrar y enseñar a los asistentes de una manera más profunda, el experto utilizó dinámicas para el taller, tal como el conocido “teléfono descompuesto”, donde los asistentes pasaban unos a otros distintos mensajes en lengua de señas que al final terminaban por desvirtuarse.
De acuerdo a datos de la Secretaría de Salud, al menos hasta el 2021 existían en México aproximadamente 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva, de las cuales más de 50 por ciento son mayores de 60 años; poco más de 34 por ciento tienen entre 30 y 59 años y cerca de 2 por ciento son niñas y niños.