En los últimos dos años, la adicción por juegos de azar y apuestas, cambió a la modalidad online, a través de juegos para personas de todas las edades, que pueden permanecer las 24 horas del día conectadas, sin ver el daño que significa para su salud, refirió el director del Centro de Integración Juvenil en Chihuahua, Ramiro Vélez.
El médico explicó que el confinamiento por la pandemia, trajo consigo nuevas adicciones, o en algunos casos quienes ya eran adictos, cambiaron el modo, tal es el caso de la adicción por juegos, que anteriormente se hacía en casinos, y a la fecha ha tomado auge por internet.
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“Te conviertes en un jugador invisible, que ni siquiera juega con dinero real, ya que todo se hace a través de una tarjeta”, señaló el médico, quien explicó se crea una sensación de “comodidad”, que lleva a las personas a pasar más horas jugando, “más aún de lo que pueden llegar a hacerlo en un casino o centro de apuestas”. Esta adicción se encuentra entre las adicciones “no tóxicas”, ya que la persona no incorpora al interior del organismo alguna sustancia, aunque de la misma forma se hiperactiva el circuito de la adicción y la persona desarrolla la dependencia.
Dijo que las personas se sienten motivadas a ganar al estar en un cuadro de depresión o ansiedad buscando una falsa salida, o lo hacen por experimentar la emoción del riesgo comprometiendo seriamente su salud y sus finanzas.
El 90 por ciento de los adictos al juego puede llegar a afectar hasta 8 personas dependiendo de su vínculo familiar, pues se afecta a la pareja, padres o hijos, el patrón, empleados y hasta amigos.
Aunque no hay una cifra exacta, se estima que a nivel nacional son alrededor de 2 millones de ludópatas los que existen, sin embargo no existen campañas enfocadas a la prevención, y ni siquiera se conoce una estadística certera.
Esta enfermedad afecta los mecanismos de control de los impulsos pues quienes la padecen son incapaces de controlar su necesidad de probar su suerte o habilidades en actividades como carreras de caballos, deportes, peleas de gallos, lotería, juegos de casino, entre otros.
La adicción al juego se considera de proceso, o una adicción de no ingesta, y lo que sucede cuando se practica es que al jugar, la persona genera fuertes sensaciones de placer.
Algunas señales de que la persona es ludópata, pueden ser el utilizar el juego como un escape a los problemas o para calmar la ansiedad, sentir vergüenza y tratar de ocultar a los demás su compulsión por el juego/apuestas, negar que se tiene problemas por el juego y que se necesita ayuda y pensar demasiado en el momento de jugar.
Asimismo, intentos fallidos por dejar el juego, una necesidad incontrolable por apostar cada vez más por la excitación que produce el sólo pensar en ganar, sentir ansiedad al no poder jugar o apostar menos.