El Cerro Grande, antiguamente llamado, Arewá Kawí, Montaña de las Almas, domina el paisaje sobre la ciudad de Chihuahua. Se trata de un monte mayormente despoblado, por lo general recorrido por algunos senderistas que se aventuran a alcanzar su cumbre. Quizá por ello resulta muy llamativa una antigua construcción ubicada en su ladera sureste, conocida de manera popular como La Casa de los Chinos.
La casa no sólo llama la atención por su ubicación. Sino que su arquitectura es inusual, con un techo de cuatro aguas pronunciadas y una forma casi cúbica, altas paredes encaladas, chimeneas y pequeñas ventanas cuadradas. Sin duda su presencia en medio del monte solitario resulta inquietante y despierta la imaginación.
Sobre esta casa circulan oscuros rumores. Se dice que puede desaparecer y que sólo puede ser encontrada si se le busca al atardecer cuando aparece como un templo oriental rojo, sólo visible desde la cumbre del cerro. Otros dicen, que es posible verla a la distancia, pero cuando uno trata de acercarse a ella desaparece.
La parte más siniestra de estos rumores. Es que algunas personas que entran a la casa, encuentran manchas de sangre fresca en los pisos y las paredes; mientras que otras sólo encontrarán escombros y basura como se espera de una casa abandonada.
También, en historias más macabras aún, se dice que las personas que se pierden y van a dar a esa casa acaban siendo esclavizadas por un supuesto dueño fantasmal y monstruoso que la habita.
La verdadera oscuridad
Esas historias podrían ser descartadas como simples leyendas y cuentos para espantar niños, sin embargo tienen un trasfondo anclado en la realidad histórica del norte de México. Y es que en nuestra región los inmigrantes chinos sufrieron cruentas persecuciones a principios del siglo XX.
La historia más realista, pero no por ello menos oscura, que se cuenta sobre la Casa de los Chinos es que en ella vivía una familia china, que se había mudado a esa zona aislada huyendo del racismo que sufrían en la ciudad de Chihuahua.
Ahí cultivaban la tierra y comerciaban con los mercados de la capital. Hasta que fueron asesinados brutalmente y colgados de los árboles que rodeaban su finca. Si las historias paranormales fueran ciertas, de ellos sería la sangre fantasmal que se les aparece a algunos visitantes.
Aún así no queda registro de ningún hecho violento ocurrido ahí, y también se desconoce quién construyó esa casa y quién la habitó.
Lo cierto es que hubo una cruenta e inhumana persecución contra migrantes asiáticos a principios del pasado en nuestra región. Y sí fueron víctimas de robos y masacres como la que describe la leyenda.
Además de eso, las leyendas de apariciones que rodean a la Casa de los Chinos, hablan de la manera en que nuestra sociedad sigue estigmatizando a los originarios de China y de Asia, etiquetándolos como gente exótica y misteriosa.