“El reino de Cristo es de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz. Jesús reina sobre todo los hombres que aceptan y viven la verdad”, enfatizó monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua al presidir la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Ante la feligresía reunida en la Catedral Metropolitana de Chihuahua dijo que Jesús se hizo hombre para manifestar la verdad del amor del Padre y para que todos pudieran conocerla y aceptarla, un ladrón fue el primero en reconocer a Jesús como rey, estando clavado en la cruz un ladrón le pide que se acuerde de él en el cielo.
El arzobispo de Chihuahua exhortó a los feligreses a reflexionar si Jesús es su rey, si él dirige su vida personal y familiar.
“Es Jesús, el que manda nuestra vida, que ilumina nuestros pasos, que sus criterios de vida sean para cada uno de nosotros lo que dirija nuestro comportamiento y caminar”.
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Monseñor Constancio destacó que si se siguen los mandamientos es que Jesús es el modelo, por lo que llamó a obedecer a Jesús y tenerlo siempre en su vida, para que sus pasos sean un ejemplo en el caminar diario de cada persona.
Resaltó que desde que Jesús realizó la multiplicación de los panes para más de 5 mil personas querían proclamarlo rey, pero Jesús se negó. Fue hasta su entrada triunfante a Jerusalén cuando acepta que lo llamen rey, a la hora de la pasión Jesús reconoce ante Pilato qué es el rey y que su reino no es de este mundo.
“El reino de Jesús consiste en justicia, paz y gozo del Espíritu Santo, es la acción divina que salva a los hombres y que culminará cuando el Señor venga a juzgar”.
La feligresía se unió en oración y pidió a Jesús rey del universo por los elegidos de Dios para que por el amor de Cristo reciban las gracias para la construcción del reino de Dios; por los que tiene en sus mano el futuro de las naciones, para que velen por sus gobernados; por los migrantes para que Dios Padre los proteja en su destino y que los ciudadanos se solidaricen con ellos; y por la paz social para que movidos por el Santo Espíritu sepan soportarse.