Durante la Misa dominical en la Catedral Metropolitana, el Arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, refirió que el Evangelio de Marcos, narra cómo Dios envió a sus discípulos a predicar su palabra de dos en dos, sanar a los enfermos, consolar a tristes y ayudar a los que sufren.
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“Por el bautismo somos llamados a proclamar la buena nueva del reino, a compartir con los que están en nuestro entorno y a vivir esa palabra que tratamos de comunicar”, expuso don Constancio Miranda.
“Nuestro modo de actuar y de comportarnos, de vivir, anunciará con autenticidad la misión a la que el Señor nos ha invitado a realizar, que esta eucaristía nos ayude con su gracia, a ser auténticos en llevar la palabra”.
Explicó que en el texto de la Eucaristía en el XV Domingo del Tiempo Ordinario, se describen claramente las características de la misión de los discípulos, para lo cual el Señor les dijo que no llevaran nada para el camino, sólo un bastón y unas sandalias. También les dijo ,”cuando lleguen a en la que les brinden hospitalidad, deben permanecer en ella”, explicó el Arzopispo.
“En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica”.
“Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.
Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.