El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, exhortó a la feligresía católica a amar a Dios y al prójimo como un camino hacia una sociedad más humana, empática y en paz. Destacó que el amor a Dios, más que un mandamiento, es un privilegio, ya que es el único amor que nunca decepciona y ofrece todo sin pedir nada a cambio.
Estas palabras fueron compartidas durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana de Chihuahua, donde el arzobispo animó a los católicos a extender su amor no solo a quienes les agradan, sino también a los más necesitados y a aquellos que les critican.
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En este primer domingo del mes, se contó con la presencia de grupos de expresión diocesana, por quienes se oró para que ellos y sus familias reciban abundantes bendiciones. Además, se pidió por los gobernantes para que trabajen por la justicia y la paz, por las comunidades para que fomenten la participación social, y por aquellos que sufren injusticias, para que siempre encuentren el consuelo amoroso de Dios. También se oró por todos los que se reunieron en torno al altar, instándolos a dar ejemplo de amor.
Monseñor Miranda anunció que se ha colocado una ánfora de cristal para que los fieles depositen los nombres de sus difuntos, recordando que noviembre es el mes dedicado a ellos.
Durante la celebración de la eucaristía, los creyentes escucharon en la primera lectura cómo Moisés destaca la importancia de amar a Dios con todo el corazón y el alma. En la segunda lectura se recordó la grandeza del sacerdocio y la entrega de Jesús. En el evangelio, Jesús responde a un letrado que le pregunta sobre el principal mandamiento, afirmando que es amar a Dios, a los demás y a uno mismo. En su prédica, el arzobispo instó a los fieles a no perderse en mandamientos y preceptos, sino a recordar que el amor es lo más importante.
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Amar al prójimo incluye a todos, tanto a la gente buena, a quienes les caen bien, a quienes piensan como ellos, pero también al más cercano, al más necesitado, a aquel hermano no que es más o menos que ellos, a la persona que les crítico, a quienes no piensan como ellos, a quienes no los saludan y a quienes llevan una vida desordenada.
“Jesús es muestra de cómo deben amar, él amó a todos y no excluyó a nadie. Sólo hay que voltear a ver a la cruz de Cristo para saber hasta dónde es su amor hacia el prójimo”, dijo el arzobispo, quien resaltó que el amor de Jesús fue total y gratuito. Los invitó a acudir a la Virgen María, que tanto los ama, para que les enseñe a amar a Jesús como él los ama.
Al ser el primer domingo del mes de noviembre saludó a los movimientos con expresión diocesana a seguir unidos a Jesús, entre los grupos estuvieron la Adoración Nocturna Mexicana, Agrupación de Esposas Cristianas, Apostolado Mundial de Fátima, Cáritas Diocesana, Caballeros de Colón, Centro San José, Colegio Biblico Apostólico, Coro Diocesano, Movimiento de Cursillos de Cristiandad, Discípulos de Matrimonios en la Cruz.
Además de Encuentro de Novios, Escuela de la Cruz, Movimiento Fe y Luz, Grupo de Oración Reina de la Paz, Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús, Legión de María, Movimiento de Revisión de Vida Matrimonial, Movimiento de Schoenstatt, Movimiento Familiar Cristano, Movimiento de Juventudes Cristianas, Mujeres al pie de la Cruz, Orden Franciscana Seglar, Pastoral Diocesana de Música, Pequeños Hermanos de María, Renovación Cristiana Católica del Espíritu Santo, Retrobay, Talleres de Oración y Vida, Asociación del Santísimo Sacramento de la Divina Providencia, Escuela Bíblica Católica Emaús, Familias Unidas en Cristo, y Asociación Mexicana para la Superación Integral de la Familia, por primera vez acudieron los integrantes de Lazos de Amor Mariano.