“Vamos a pedir por intercesión de María para que nos conceda ir al pozo que es Jesús y recibir el agua que da su santo espíritu para caminar por la senda que nos llevará al cielo”, fue la oración que la feligresía católica elevó este domingo en el Catedral Metropolitana de Chihuahua.
Al presidir la Santa Misa del III Domingo de Cuaresma monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua dijo que Jesús es fuente de vida eterna que salta para inundar al mundo.
Ante la grey católica dijo que el Señor sacia la sed y quiere que sean fuente de agua para sus hermanos, calles, oficinas y diversos lugares.
En su homilía, el jerarca de la Iglesia Católica resaltó que el agua es un elemento indispensable para vivir y principal símbolo del bautismo, desde entonces los cristianos están llamados a ser fuente de vida para los demás.
Recalcó que en el evangelio se recuerda encuentro de Jesús con la samaritana, en ese tiempo era muy mal visto entablar conversación con una mujer en un lugar público, y Jesús supera los prejuicios de raza y las convivencias sociales, entabla comunicación con la samaritana, en dicha conversación Jesús acoge a las mujeres y los samaritanos, quienes eran gente común de Palestina una población diferente con religión rival a la de los judíos, pero tanto samaritanos como judíos creían en las promesas y esperaban por el mesías.
Monseñor Miranda comentó que los antepasados del pueblo judío estuvieron 40 años errantes por el desierto de una fuente de agua a otra, así como ellos hoy en día muchos seres humanos buscan en todas partes algo para calmar su sed, “Estamos condenados a no encontrar más que aguas dormidas, estancadas, y estanques agrietados, pero Jesús trae el agua viva que es el don de Dios”.
Hizo un llamado a ser esa agua paga que las sociedades puedan mejorar, a través de decisiones más libres y pensamientos orientados a lo esencial dónde está Dios.
Además los llamó a ser discípulos y apóstoles de Jesús, es decir ir a evangelizar y compartir la experiencia de Jesús como agua viva.
“Hay que pedirle al Señor que en este tiempo de Cuaresma, tiempo especial de conversión interior, que nos diponga a recibir el agua viva que es Jesús, como lo hizo con la samaritana sin detenerse en nuestra vida interior de alejamiento y desconocimiento de Dios”.