Nuestro mundo actual presenta muchas tinieblas de pecado, violencia y muerte, sin embargo, los cristianos estamos llamados a poner nuestros ojos fijos en Jesús, autor de nuestra salvación para ser luz para otros, señaló monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua, al presidir la misa en la Catedral Metropolitana de Chihuahua, donde se elevó una plegaria por los 76 seminaristas en formación, ello en el marco del Día del Seminario.
Al celebrar la misa del IV Domingo de Cuaresma señaló que Cristo es la luz del mundo, por lo que exhortó a los feligreses a ser antorchas en las tinieblas del pecado y muerte: “En esta Cuaresma, partiendo de la Luz de Cristo, seamos esperanza de la gloria, y animemos a nuestros hermanos que nos rodean para que iluminen a otros”.
Resaltó que actualmente todos se debaten entre luces y sombras, porque el mundo está bajo el poder del maligno, del cual Cristo ha venido a salvarlos.
“Hay que ser luz de Cristo, esa es la tarea de todos los días, en el dolor, la alegría, el consuelo, en nuestra vida común, para que todos crean en el Salvador Jesucristo”, enfatizó.
En la reflexión del evangelio y las lecturas, señaló que todos los seres humanos están llamados a ser heraldos del consuelo de Dios para el mundo, porque Jesús nos rescata del pecado para seguir sus pasos.
Mencionó que en el evangelio se narra el milagro de un ciego de nacimiento, a quien Jesús le devuelve la vista, para que todo aquel que cree en él, como hijo de Dios, pueda dar testimonio de que Jesús es quien enciende la luz y el fuego de su amor en los corazones abatidos, cansados, afligidos por el pecado.
En la oración comunitaria se pidió por los incrédulos para que lleguen a la fe y encuentren en el descanso que su corazón necesita, así mismo por los enfermos, los pobres, por quienes se sienten tentados por el pecado y por quienes en su sufrimiento, apagan la luz de Cristo.
Este domingo se celebra el día de San José y el Día del Seminario, por lo que Juan Pablo, estudiante de cuarto año de Teología y a punto de ser ordenado diácono, motivo a la feligresía para aportar su donativo en la colecta a favor del seminario, donde 76 jóvenes se encuentran en formación.