“No nos dejemos atrapar por el estrés y la tristeza, abramos nuestro corazón para experimentar el inmenso amor que Dios tiene para con nosotros”, fue el llamado hizo el presbítero Raymundo López al presidir la misa dominical en la Catedral Metropolitana.
El párroco animó a los feligreses a renovar la virtud de la esperanza para experimentar el regalo bonito y maravilloso de la vida.
En el evangelio según San Marcos relata que Jesús estaba sentado frente al templo mirando como la gente echaba sus monedas a las alcancías, cuando una viuda pobre echó dos monedas de poco valor, era todo lo que tenía, por lo que se reflexionó que esa pobre mujer, en su pobreza echó todo lo que tenía para vivir y el resto aportaba lo que le sobraba.
El párroco mencionó que Dios no nos da las sobras, sino que entrega toda su vida en la cruz y resucita para darnos la vida.
“Anímate a recuperar la esperanza, la ilusión y el amor tierno y cariñoso de nuestro Dios y cuando sientas su amor anímate a entregar tu tiempo, tu amor, tu verdad, tu justicia y tu servicio generoso”.
En la primera lectura el llamado es a compartir lo que se tiene para descubrir las maravillas que Dios ofrece, pues dijo que en la vida en ocasiones pensamos que no tenemos esperanza, ilusión, rumbo y solo esperamos la muerte, pero cuando aprendemos a morir dejando a un lado el egoísmo y aprendemos a compartir se va haciendo bonita la vida al ser capaces de salir al encuentro de los demás.