Salvador Carrejo Orozco, presidente de Coparmex Chihuahua, indicó que con la posible ubicación de José Noriel Portillo Gil, no termina la labor de la autoridad, sino que deberá verificarse cómo se blindará sobre todo a la zona serrana para que delincuentes no tomen el control.
Al margen de las circunstancias, pues al final de cuentas no se trató de la captura de un peligroso criminal; la pregunta desprendida desde Coparmex hacia las autoridades es ¿qué se va a hacer para evitar que una circunstancia como esta se vuelva a presentar en nuestro estado?
En este sentido, Carrejo no se refirió específicamente al asesinato de los sacerdotes jesuitas, sino a todo el contexto que hizo que una persona con un perfil como el de Portillo Gil “fuera prácticamente la autoridad real en una región, totalmente al margen de las autoridades civiles formales”.
Expuso que sería erróneo pensar que el hallazgo de ubicar al delincuente cierra un capítulo, porque lo que normalmente ocurre en el mediano o largo plazo, es que se vuelven a presentar situaciones donde personas que se manejan al margen de la ley, se convierten en las autoridades reales, no las formales, esto es, que asumen la función de un gobierno.
Por lo anterior, el presidente de Coparmex Chihuahua insistió en que no debe cerrarse el capítulo, sino más bien, se piense en cómo se blindará sobre todo a las comunidades serranas, que están muy sujetas a que este tipo de situaciones se presenten.
“Hubiera sido ideal que la autoridad lo aprendiera (a El Chueco), sin embargo mi punto sería que aquí no termina la labor de la autoridad, ahora la labor es cómo se va a blindar para que esto no vuelva a suceder”, agregó.