Los sacerdotes jesuitas Joaquin Mora y Javier Campos murieron en la línea, señaló el presbítero Gustavo Sánchez Prieto, vocero de la Arquidiócesis al recordar que en su educación jesuita conoció a los padres asesinados en Cerocahui.
“Hicieron de su vida una entrega total y por tanto le damos gracias a Dios por su testimonio luminoso”, dijo este jueves eucarístico y sacerdotal.
“Que el Señor los reciba en la alegría del cielo. Feliz experiencia la que vivieron, tanto en su vida sacerdotal al estar al servicio de la comunidad como en su misma muerte porque murieron en la línea”, comentó el también rector del Santuario de San Judas.
Relató que a él le tocó visitar el Instituto Regional de 1960 a 1971, gracias al empeño de sus padres Carlitos y Tilia, él y sus hermanos fueron formados en el ambiente jesuita.
En esa época le tocó conocer al señor Mora, en ese entonces no era sacerdote era maestro, junto con el señor Olague y el señor Gómez, ahora ya sacerdotes. Ahora el padre Joaquín gozando de la vida en el cielo, “feliz vida sacerdotal que culmina con la entrega total”.
Elevó sus oraciones para que el Señor conde a la gracia y fuerza del espíritu para poder vivir la alegría y seguimiento de Jesús, con la palabra y la vida”.
De la misma manera elevó su plegaria para que Dios nos bendiga con la paz y a Chihuahua lo siga bendiciendo con la lluvia.