En Chihuahua, durante un tiempo que parece no terminar, se han presentando diversas matanzas y asesinatos en gran escala que marcaron a la población y que en su momento indignó a los habitantes y las familias de la víctimas con justa razón.
Uno de los eventos en los que más se puede hablar de las familias y sus acciones posteriores al hecho violento es la recordada como la “Matanza en Creel”, durante el 16 de agosto del 2008, una fecha que aún resuena en los corazones de los habitantes y sigue siendo un dolor sin sanar para las familias de las 13 personas que perdieron la vida.
A casi 16 años del acontecimiento, te contamos cómo fue que sucedió el evento, las personas que han resultado detenidas y condenadas y cómo marco a la población, en pleno auge de la llamada “Guerra contra el narco” durante el sexenio de Felipe Calderón. Sucedido a apenas tres horas de la capital del estado de Chihuahua.
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16 de agosto de 2008, no se olvida
En la edición impresa de El Heraldo de Chihuahua el día 17 de agosto se reportaba el fallecimiento de 14 personas el día anterior, 16 del mismo mes, entre ellas un joven y su bebé que traía en brazos, hermano y sobrino del entonces presidente del seccional, quien además perdió a su propio hijo en la matanza, ocurrida en Creel, dentro del municipio de Bocoyna.
Más tarde se aclararía que se trataban de 13 personas, siete eran estudiantes, todos entre los 17 y 25 años, menos el bebé de un año y cuatro meses.
Los archivos periodísticos detallan que: el sábado 16 de agosto del 2008, aproximadamente a las 18:30 horas, arribaron a Creel cuatro camionetas (aunque autoridades afirmaron que eran seis) en las que viajaban 10 hombres armados (otras versiones manejan 12) con rifles de alto poder.
Abrieron fuego contra los ciudadanos en las instalaciones del Profortarah (productos forestales de la Tarahumara) de esta localidad, dónde festejaban luego de la realización de una carrera. Algunas de las víctimas incluso llegaron al lugar descalzos.
Fueron, según testigos, por lo menos 10 minutos de balacera en la que ninguna autoridad intervino, luego de por lo menos 200 disparos, los sujetos se retiraron del lugar, dejando 13 muertos y 12 heridos, los cuales fueron atendidos en el gimnasio de la localidad.
Agentes ministeriales sitiaron el lugar y acordonaron la escena, al no permitirles el acceso a los cuerpos de sus familiares fallecidos, habitantes intentaron linchar a los elementos policiacos.
Un pueblo de luto
Juan Carlos Loya Molina, Cristian Loya Ortiz, Fernando Adán Córdova Galdeán, Luis Daniel Armendáriz Galdeán, Daniel Alejandro Parra, Óscar Felipe Lozano Lozano y René Lozano González eran los estudiantes, el último de 17 años.
Además asesinaron al bebé Édgar Arnoldo Loya Encinas en brazos de su padre Édgar Alfredo Loya Ochoa, junto con Kristian Loya Ortiz, Alberto Villalobos Chávez, Luis Javier Montañez Carrasco, Fredy Horacio Aguirre Orpinel y Alfredo Caro Mendoza, estos últimos dos fueron señalados como “el objetivo principal” de los responsables del crimen.
Los habitantes del ahora Pueblo Mágico encarnaron el dolor y la indignación general desde el primer momento, unos cuantos afirmaban que harían justicia por su propia mano e incluso amenazaron con expulsar a los policías municipales del lugar. Las manifestaciones incluso llegaron hasta Chihuahua Capital ese mismo mes.
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Por su parte, Eliseo Loya Ochoa, presidente del seccional en 2008, y familiar de tres víctimas de la matanza, recibió el cuerpo de su hijo la mañana después del suceso, desconsolado por las pérdidas esperaba la resolución de la autoridad.
Se reunieron diversos testimonios, desde turistas que corrieron a esconderse, sobrevivientes y otros ciudadanos, una maestra de la localidad comentó que los disparos resonaron en todo Creel y aunque no hubiera perdido a familiares en la matanza “todo el pueblo estaba de luto”.
Cabe mencionar que en ese momento el turismo, una actividad primordial para Creel, descendió de forma importante, El Heraldo de Chihuahua, en su edición de 21 de agosto, afirmaba que habían por lo menos mil reservaciones canceladas.
Casi 16 años, un mural y dos sentenciados
Este 16 de agosto se cumplen 16 años del suceso, hace menos de un año en el aniversario número 15, familiares, ciudadanos y sacerdotes jesuitas realizaron una misa al aire libre justo enfrente del mural en honor a las víctimas que se encuentra en la nombrada Plaza de la Paz en Creel, donde colocaron flores y una manta que decía “La memoria resiste”.
Sin consuelo aún pues en ese entonces, y actualmente, hay solo dos sentencias por el crimen, una en contra de José Antonio C. C., alias “El Malandro”, quien pugna por más de 145 años en prisión.
La otra sentencia es contra Luis Raúl Pérez Alvarado, alias “La Chicharrona” de 82 años. Aunque podría estar implicado no ha sido sentenciado por la matanza se trata de José Manuel Saucedo Reyes alias “El Lince” o “La Kika” encontrado con armas poco después del 16 de agosto del 2008 cerca del lugar.
Apenas dos años después del suceso, en 2010, se registró otra terrible masacre en Creel, en esta no sólo asesinaron en este pueblo, pues las agresiones empezaron en San Juanito, matando a ocho personas, cuatro en esta localidad.
