A pesar de que la mayor parte de los migrantes se han retirado de la ciudad en los últimos días, aún quedan poco más de 50 personas en el campamento al sur de la ciudad, esto debido a los trabajos temporales que los capitalinos les ofrecen, así como el miedo que inunda a algunos de los migrantes de volver a subirse a la “bestia”.
Luis, quien es de origen venezolano, lleva meses viajando hacia al norte del país para poder llegar a la frontera, no obstante, al llegar a la ciudad de Chihuahua se percató que una camioneta llegaba casi todos los días al campamento para ofrecer trabajo a los migrantes por ese día.
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Algunos de los trabajos para los que lo han contratado junto con otros extranjeros en la misma situación de movilidad, es de jardineros y en construcción, “son trabajos pesados para los que nos pagan poco, pero nos dan suficiente dinero para llevar alimento con nuestra familia”, comentó el venezolano.
Esta es una de las razones por la que los migrantes permanecen más tiempo en la ciudad, no solo es el miedo a volverse a subir al tren, sino que, encuentran trabajos con los que pueden juntar dinero para seguir su viaje hasta Estados Unidos.
Asimismo, Verónica, una mujer originaria de El Salvador, contó que esta es la segunda vez que se encuentra en la capital, debido a que casi un mes atrás había llegado junto con otro grupo de migrantes a quienes les habían cobrado 3 mil 800 pesos cada uno para llevar a Villa Ahumada en un taxi.
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La salvadoreña comentó que fueron dejados en el kilómetro 12, donde se supone que rodearían a pie un retén, sin embargo, a medio camino fueron interceptados por elementos de la Institución Nacional de Migración, quienes los subieron a una camioneta y posteriormente los iban a dejar en Tapachula.
No obstante, fueron dejados en Aguas Calientes, Guerrero, donde un grupo de alrededor de 50 migrantes tomaron un microbús hasta que encontraron las vías férreas, donde volvieron a montarse en “la bestia” y llegaron a Torreón, Coahuila, donde duraron una semana antes de volver a partir.
De esta forma, Verónica se encuentra por segunda vez en la ciudad de Chihuahua sin la intención de subirse al tren otra vez, debido a que teme sufrir algún accidente o de ser una vez más atrapada por los elementos de migración.
Es por ello, que la salvadoreña espera junto con una madre soltera venezolana una oportunidad para volver a emprender su viaje a la frontera, esperando que esta vez no sea regresada al sur del país ya que no quiere realizar esta travesía por tercera vez.
